BEIRUT-DAMASCO.- Más de 180 personas murieron, entre ellas 26 niños, desde el fin del alto el fuego en la zona bajo control rebelde en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, informó el Observatorio sirio para los Derechos Humanos.
Los muertos se registraron durante los ataques aéreos y el avance de las tropas del Gobierno, desde el pasado lunes por la noche, cuando la tregua se rompió tras el ataque a un convoy de ayuda humanitaria de la ONU. El cese del fuego acordado por Rusia y Estados Unidos no se mantuvo ni siquiera una semana. Los fuertes bombardeos significan “un regreso al conflicto abierto”, sostuvo el mediador de la ONU para Siria, Staffam de Mistura. Desde su punto de vista, se trata de la peor tragedia humana desde la Segunda Guerra Mundial, dijo a la cadena árabe Al Yazira.
Las tropas del Ejército están estrechando su asedio sobre la zona bajo control rebelde en la ciudad, donde se encuentran atrapadas unas 250.000 personas que no pueden abandonar el lugar, según denunció la víspera el grupo de voluntarios Cascos Blancos.
El suministro de agua en Alepo, incluyendo en el este bajo control del Gobierno, ha resultado fuertemente dañado por esos ataques, denunció Unicef. Tres de las cuatro estaciones de los Cascos Blancos, se vieron afectadas por los ataques esta semana. Mientras tanto los aviones del gobierno y sus aliados siguieron bombardeando zonas bajo control rebelde en el este de Alepo, preparando el terreno para una ofensiva terrestre para la toma completa de la ciudad, anunció el presidente Bashar Al Assad.
Según el Observatorio, cayeron misiles sobre al menos 13 barrios de la disputada zona oriental. Los últimos avances del Ejército, que tomaron el campamento de Handarat en el norte de la histórica ciudad, aumentan la presión sobre los rebeldes locales. “Los bombardeos y fuego de artillería son continuos”, indicó Bahaa al Halabi, un activista. Mahmud Rslan, que trabaja como cámara en la zona, señaló que los ataques incluyen fuego de artillería y bombas barril, condenadas a nivel internacional.
Los pocos hospitales que funcionan se ven superados por la cantidad de heridos. Faltan equipos médicos y personal. Desde julio que no llegan medicamentos a esta parte sitiada de la ciudad. La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe, la segunda de Siria y una de las más castigadas por la guerra civil que se inició en marzo de 2011 y que provocó la destrucción de gran parte del país y el éxodo de millones de personas. (DPA-Télam)