(Leo Noli, enviado especial de LG Deportiva) Existe un sinceramiento que nunca trascenderá las fronteras del vestuario ni la oficina del cuerpo técnico. Atlético viene haciendo bien los deberes, teniendo en cuenta sus números en el torneo: se llevó los dos partidos “ganables” que dirimió, contra Atlético de Rafaela y Arsenal, y perdió los previsibles, aunque no imposibles, con Estudiantes y Newell’s. O sea, desde las matemáticas, las finanzas del equipo no sufrieron un desfalco ni cayeron en bancarrota.
Pero sí lo hizo el “decano” como empresa generadora de fútbol, que es lo que realmente preocupa. “Tendría que ver el partido de nuevo, pero por momentos hicimos cosas buenas, aunque después ellos se encontraron con los goles y manejaron el resto del juego con sus muy buenos jugadores”. El análisis de Pablo Cáceres rasca la superficie de la trama del encuentro con la “Lepra”. Es verdad que Atlético tuvo sus momentos. Fueron pocos, muy pocos como para creer que la victoria podría haber estado de su lado. No hubo un argumento ofensivo que lo avale, porque hasta el primero de los dos goles de Ignacio Scocco, el “Decano” no llegó ni por asomo a molestar los tres palos de Luciano Pocrnjic.
“Con 15 minutos no alcanza para ganar”, había dicho el técnico Juan Manuel Azconzábal, en un acto reflejo de sinceridad que luego fue acompañado por las palabras de Leandro González, cuando asumió que ni él ni sus compañeros hicieron realmente lo que el entrenador les había pedido.
Atlético necesita volver a su esencia, eso está dicho ya. Y lo necesita porque experimentó en estos últimos dos compromisos sensaciones jamás vividas, como perder de local después de 32 fechas y caer en dos juegos seguidos de un mismo torneo. Mucho para un grupo mayormente acostumbrado a las luces del éxito que a la de la desgracia.
“Nos pasearon en el primer tiempo siendo simples”, con la frialdad de quien se hace cargo de su parte, Cristian Lucchetti alzó la voz siendo el capitán del grupo. Al decir “simple”, “Laucha” parece extrañar esa palabra. Atlético era simple y contundente, pero desde que comenzó el campeonato dejó de serlo. Le falta rodaje. Hay más de 25 fechas por delante. Paciencia.
Lo que viene
Lo que sí, ante Huracán, el próximo lunes a las 21.15 en el Monumental, la victoria cotiza como el aire mismo, teniendo en cuenta de que el “Globo” es un oponente “ganable” y que luego será turno de visitar a Independiente y recibir a Boca, dos grandes, presumiblemente difíciles de roer. Hay que curar la sangría, urgente. Esa es la verdad, actualmente.
“Cortar rápido, apretar en el medio, salir de contra y llegar por el medio o por afuera, es lo que debemos volver a hacer”, agrega Lucchetti, dueño de su parte en el 1-3 del sábado pasado: salió mal en un córner, falló con los puños y le dejó casi en bandeja el 3-0 parcial al goleador de Newell’s. Antes, en el primer tiempo, había tapado dos mano a mano estando Atlético 0-0. No siempre se puede con todo.
El domingo le sirvió al plantel “decano” para meditar profundamente, de comprender que nada está perdido y que dos caídas no significan más que eso.
A veces hay que saber tocar el suelo, de lo contrario, levantarse sería toda una complicación existencial.