Se llamaba Francisco Esmail, pero todo el mundo le decía el Turco Ismael, su apodo artístico sobre los escenarios teatrales y de festivales del centro y norte del país, los que recorrió por décadas. Cultor de un humor blanco, destinado a toda la familia y sin malas palabras ni groserías, había nacido el 29 de septiembre de 1935 en Los Ralos, y falleció el viernes a los 81 años, luego de una larga internación por complicaciones de salud derivadas de su diabetes.
El Turco estuvo relacionado con el mundo del espectáculo no sólo desde la comicidad (su fuerte era la gestualidad de su rostro, puerta de entrada a las risas) sino también como el creador del parque de diversiones Bombillita Central Park, con el que recorría distintos pueblos del interior de la provincia y barrios de la capital tucumana. También son recordadas sus presentaciones junto a Jacinto Sosa Lucero y El Pesao Jerez, con los que logró proyección regional.
En los últimos años, integró elenco en los shows de “La cumbre de la risa”, la producción de Daniel Alberto Deleo, quien rindió homenaje al artista: “muchas generaciones van a recordar su humor sano que era algo único y mágico; ahora debe estar haciendo reír a los de arriba”.