La llegada de Fernando Martoni a la presidencia de la Unión de Rugby de Tucumán, a fines de 2012, trajo aparejada un notorio cambio de perfil: del discurso frontal y tajante de Francisco Veglia se pasó a uno más moderado y conciliatorio. Y es que una de las primeras cosas que rescata el dirigente surgido en Los Tarcos al mirar en retrospectiva sobre sus cuatro años al frente de la URT, es “haber creado un buen clima de trabajo, más allá de las discrepancias que pudo haber”. Precisamente por eso, confiesa sentirse contrariado por la conflictiva atmósfera que envolvió a las elecciones en las que se definió a su sucesor, Jorge Juárez Chico. “Me parece que cuando una situación es apremiante, se puede resolver sobre la marcha. Pero creo que este no era el caso. Podría haber sido todo un poco más prolijo”, opinó.
- ¿Qué sensación te dejan estos cuatro años al frente de la URT?
- Una un poco ambigua. Me voy satisfecho, porque fueron cuatro años en los que se trabajó y se lograron muchas cosas. Quiero destacar el trabajo de Gaspar Chavanne en la vicepresidencia y de Santiago Taboada como secretario. Además, me llevo momentos que no cambiaría por nada, como haber estado cerca de los jugadores del seleccionado, viajando y comiendo con ellos. Lo que no fue tan agradable fue la forma en la que terminó mi gestión, con una renovación de autoridades que no fue lo prolija que debería haber sido. Eso me dejó un sabor amargo.
- En una hipotética tabla de valoración, ¿cuál considerás que sería el mayor logro de tu gestión?
- La creación de la Secretaría Técnica, que conforman Alejandro Molinuevo, Julio Paz (h) y José Rubino, y que depende de la Comisión de Juego y Selección. La función de ellos es trabajar para mejorar el juego, mediante un plan a corto, mediano y largo plazo, que involucre a entrenadores, árbitros y preparadores físicos. De allí también surgió el nuevo formato que tendrá el Regional de este año. La Secretaría no está incorporada a los estatutos, así que si el día de mañana la quieren sacar, lo pueden hacer. Pero yo creo que debería sostenerse, porque puede ser una herramienta brutal a largo plazo, independientemente de quién esté en ella. Es más, opino que en el futuro hasta debería ser rentado.
- ¿Cuál es el balance desde el punto de vista económico?
- Se hizo mucho, pero creo que podría haberse hecho más todavía. Siempre consideré que era básico tener una buena sponsorización, porque es realmente asombroso lo que insume la participación en el Argentino. Estamos hablando de alrededor de medio millón de pesos. Afortunadamente, Tucumán está muy identificada con el rugby y los patrocinadores te responden, más allá de los resultados. Por supuesto, cuando los resultados son buenos, es mucho más fácil. Sin embargo, a pesar de que en los últimos dos años los resultados no fueron tan buenos, dejamos a la nueva gestión con más de un millón y medio de pesos de superávit.
- ¿Te quedó alguna cuenta pendiente?
- Me parecía interesante implementar un sistema de recompensas, en virtud del cual, por ejemplo, los clubes que tuvieran un determinado número de divisiones juveniles formadas contaran con un voto extra. Hubiera sido bueno como una forma de “premiar” el trabajo de algunos clubes y de motivar el de los otros. Quizás no supe transmitir bien la idea, la cuestión es que a algunos clubes no les gustó la idea. También me hubiera gustado poder hacer que la Subcomisión de Rugby Juvenil pase a ser Comisión, para darle mayor jerarquía.
- ¿Sentís que se le dio suficiente apoyo al rugby de Desarrollo durante tu gestión?
- Creo que se los apoyó en la medida en que la Unión pudo. El Oficial de Desarrollo provisto por la UAR, David Ruffino, hizo un muy buen trabajo, yendo a los diferentes puntos de la provincia donde ya se jugaba al rugby y buscando nuevos focos en otras ciudades. El problema es que la mayoría de los clubes de Desarrollo tienen muy pocos recursos económicos para surgir, además de una carencia dirigencial. Pero creo que se los ayudó bastante.
- ¿Y al rugby femenino?
- Me parece que también se le dio la importancia que merecía. Prueba de ello es que hubo una explosión en cantidad de jugadoras. Curiosamente, ese crecimiento se dio más que nada en los clubes de Desarrollo. Además, en estos años nació el seleccionado tucumano, el primer seleccionado provincial femenino del país. Recuerdo que durante el Seven de Paraná, una jugadora se me acercó y me agradeció porque nunca habían estado así de bien vestidas. Ojalá siga creciendo y se traslade también a los clubes más grandes, porque ayuda a difundir el rugby.
- ¿Dejás la puerta abierta a una nueva postulación en el futuro?
- Nunca busqué la culminación de mi carrera dirigencial con esto, pero creo que ya está. Hoy, sinceramente, ya no quiero ser más dirigente. Siento que es un ciclo cumplido. Eso es lo que siento hoy, al menos. Lo que hice, no lo sentí como una obligación, sino que lo disfruté.