Explica que la ansiedad debe anularse con una pizca de serenidad; que no hay que hacer leña del árbol caído y que tampoco hay que mirar y analizar demasiado lo que pasó, porque no existe una máquina del tiempo capaz de hacer volver al punto de partida la serie con El Nacional, por la fase 2 de la Copa Libertadores.
David Barbona, otro de los que está dulce en 2017, y que viene haciendo méritos para ganarse un lugar entre los titulares de Atlético, tiene la posta. “Hay que tomar esta situación con tranquilidad. Todavía quedan 90 minutos”. El ex Estudiantes asegura que el “Decano” está vivo, y que seguir con vida en el torneo dependerá del equipo y de lo que pueda hacer en la altura de Quito, a 2.800 metros sobre el nivel del mar.
“Es una lástima lo que nos pasó, porque arrancamos bien en los primeros minutos. Teníamos planificado otro partido, otro resultado; lamentablemente se dio el menos pensado. Tenemos que ir a Ecuador a ganar”, ratifica Barbona, autor del 2-1 parcial sobre El Nacional, el martes en el Monumental. “Nos duele a todos el resultado, no lo esperábamos”, repite nuevamente el volante ofensivo, quien quizás esté desde el arranque en el estadio “Atahualpa”.
“Necesitábamos sacar una buena diferencia, no se pudo. El mérito de ellos fue empatarnos dos veces”, cerró la ventana del pasado Barbona e insiste con superar el trago amargo y enfocarse en lo que viene. “Hay que estar tranquilos, de lo contrario la ansiedad podría jugarnos en contra allá”, sostiene.
David ya conoce lo que es estar en tierra ecuatoriana. Jugó en Guayaquil, donde el “Decano” hará base durante dos días. El martes, el día de la revancha, viajará a Quito. “Dicen que es jodido jugar en la altura, pero tener que ir y dejar todo en la cancha”, le saca tensión al asunto el enganche y sostiene: “tenemos que hacer un partido inteligente, sin perder la cabeza”.
En Salta, Barbona fue una de las figuras de Atlético frente a Racing. Y el martes, cuando ingresó en el segundo tiempo, además del gol que aportó, también le inyectó energía al grupo. El hombre está filoso. “Uno trabaja día a día para ir mejorando. Ahora se me están dando las cosas. Si me toca estar entre los que van a viajar, ojalá pueda seguir derecho y marcar”, pide uno de los verdugos del muro llamado Johan Padilla. “La verdad, cerré los ojos y pensé: ‘que sea lo que Dios quiera’. Por suerte, la pelota entró. Espero que sigamos igual, porque allá tenemos que buscar el resultado”.
Una charla antes del inicio del entrenamiento. Otra charla al final de la actividad en el complejo. Hoy por hoy, lo que le importa al cuerpo técnico es que el grupo no crea que la serie con El Nacional está perdida, ni muchos menos.
Por eso ayer, en el regreso a las prácticas, el entrenador y los futbolistas pidieron un borrón y cuenta nueva mental. Todavía restan 90 minutos y todo puede pasar.
Respecto al trabajo en sí, los que jugaron frente a El Nacional realizaron ejercicios regenerativos y fútbol en espacios reducidos. Fue un día normal en el que sí hubo risas y arengas varias. En el plantel aseguran contar con el fuego sagrado necesario para corregir en Quito lo que no se pudo hacer bien en el estadio Monumental.
Al igual que ayer, la sesión de hoy comenzará a las 8.30 hasta cerca del mediodía. La fórmula se repetirá hasta el domingo. El escenario también: Ojo de Agua. Eso sí, sólo hoy habrá pase libre para la prensa, mientras que mañana y pasado las puertas del predio permanecerán cerradas.
La delegación se embarcará el mismo domingo rumbo a Guayaquil, a las 14.30. Allí hará base hasta el martes, cuando viaje a la altura de Quito. La idea es llegar a la capital ecuatoriana, jugar el partido y pegar la vuelta a Tucumán, con la victoria en el bolsillo y el pase a la fase 3 asegurado.