Varios años atrás, cuando eran adolescentes, quizás ni pensaban que la máxima categoría de competencias de motos podría estar tan cerca. Para los simpatizantes sudamericanos del MotoGP fue una bendición que Las Termas construyera un autódromo de rango internacional y que lo desarrolle tanto como para que la categoría desembarque en la ciudad santiagueña.
“Todo cuadró este año”, explicó Sebastián Ortiz. Con tres uruguayos más llegó desde Montevideo, pero no a Las Termas. “Nos instalamos en Yerba Buena porque nos salía más barato alquilar ahí”, detalló. Sebastián quería sentir con todo su cuerpo lo que habitualmente siente mirando la televisión. “Es la primera vez que veo esto en vivo. Hay demasiada gente… tá salado”, dijo con una risa nerviosa, casi como si no pudiera creer lo que vivió al ver a su ídolo, Valentino Rossi. “Me encanta todo. Su forma de correr es lo que más me gusta”, reveló.
Ortiz conoce al italiano porque predijo al mediodía, lo que sucedió en la siesta santiagueña. “Si llueve, Valentino va a andar mejor”, vaticinó la mejoría de Rossi en la clasificación. Hoy hará fuerzas para todo mejore aún más para “El Doctor”, como otros miles de fánaticos.
Más cuidado en el armado del viaje, con respecto al del uruguayo, estuvo Alejandro, de Colombia. “Vine en moto desde Medellín”, contó. “Fueron 6.225 kilómetros que hice en 14 días junto a un amigo. Hace dos años que lo venimos planeando”, contó Alejandro que conduce una moto de turismo de 650 cc. Pero… ¿volvería al MotoGP? “Sí, pero me subo al avión”, reconoció entre risas.
Su compatriota Federico Serrano, como el resto de los integrantes del quinteto del cual forman partes, eligió la vía fácil para llegar a Las Termas. “Vinimos en avión. Desde que el MotoGP está en Sudamérica es más fácil venir, por tiempo y hasta por la cultura. Nos trataron como reyes hasta el momento”, elogió con alegría.