Hacer teatro en el interior de Tucumán siempre fue un desafío especial. En medio de las adversidades, en Bella Vista se conformó en la década del 60 una dupla de inquietos artistas que marcaron una época en la realización de espectáculos y signaron a generaciones: Alberto Díaz y Enrique Pablo Zapata, simplemente “Chicho” para el mundo teatral tucumano, quien falleció el domingo.
“Chicho” era una de las personas más entrañables de la vieja escena provincial, protagonista en los camarines y en las trasnochadas y siempre a mano a la hora de pedir un consejo o solicitar ayuda para una puesta. Trabajó en el Teatro Estable de la Provincia y junto a Carlos Olivera en varias obras, en las cuales se traslucía su conocimiento acabado del hecho artístico y del público local.
“Era un gran amigo y una de esas personas nobles que siempre te aconsejaban para bien. Sabía dar ejemplos de otras obras para que uno no cometiera los mismos errores, un hombre de consulta”, dijo el titular de la delegación Tucumán de la Asociación Argentina de Actores, Jaime Mamaní, entidad que lo distinguió con un premio Artea en 2015 por su trayectoria.