ACTÚA HOY
• A las 22 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).
Jorge Soraire abrirá esta noche un living imaginario en el Centro Cultural Virla para recibir a los invitados a su último recital solidario. Este “Concierto de entrecasa” de despedida, luego de 25 años de presentaciones a beneficio, será para la fundación Misión Esperanza, entidad que se aboca a la atención y a la rehabilitación de personas mayores que padecen discapacidades motrices.
Soraire encara estas actuaciones junto a la Comisión de Abogados y Magistrados Solidarios, del Colegio de Abogados. Siente que ya ha cumplido un ciclo. “Debo darle esta tarea y este espacio a nuevas generaciones de colegas, a gente joven muy buena que tiene la iniciativa de colaborar con los más necesitados a través de la música”, indicó. Quique Yance está a cargo de la dirección del show con nueve músicos, del que participarán distintos cantantes que recorrerán un repertorio con ritmos de América Latina y de Iberoamérica, junto con proyecciones en pantalla gigante.
“Lo que no quiero es que se pierda lo que estamos haciendo, porque hay muchas instituciones que necesitan apoyo. Estos recitales insumen muchísimo trabajo, pero lo hacemos con entusiasmo junto con un grupo de profesionales entre los que se encuentran Ana Marcilla, Camilo Soaje, Julio Cossio, Cecilia Pizzicanella Blasi, Karina Lezcano y muchos otros, que participaron en distintos recitales con mucha seriedad y preparación artística”, aclara. En este show estará Julián Morel cantando tangos, junto al bandoneón de Víctor Juárez.
Antes de concretar cada función, Soraire investiga a la institución a la cual beneficiará: “veo que todos los papeles estén en regla, que tengan dedicación real, que sus objetivos sean positivos”. “No quiero quitarle ningún espacio a los profesionales de la canción, que viven de sus presentaciones”, remarca en el diálogo con LA GACETA.
- ¿De dónde surgió esta vocación solidaria?
- Mi generación estudió en la escuela primaria y secundaria y en la universidad pública, que la creíamos gratuita, pero estaba pagada por el Estado con los impuestos que recaudaba. Yo creía que me pagaba la universidad porque me compraba los libros. Somos deudores de la sociedad, porque hay muchas personas que trabajaron y aportaron para que nosotros seamos abogados, ingenieros, médicos...
- ¿Falta desarrollar ese costado social en los profesionales?
- Lamentablemente, el profesional argentino no tiene ni toma conciencia de dónde surge el dinero para su formación. Todos se creen acreedores de la sociedad. Salen de la universidad pensando dónde se empieza a ganar plata. Hay que conversar mucho con los jóvenes para despertar sus inquietudes sociales.