MADRID, España.- Ochenta años después del bombardeo nazi a la ciudad vasca de Guernica, ocurrido el 26 de abril de 1937 en apoyo del general Francisco Franco, los familiares de las víctimas de aquella tragedia esperan un gesto de disculpas por parte del Estado español.
Durante tres horas, a partir de las cuatro y media de la tarde, la "Legión Cóndor" de la aviación alemana lanzó gran cantidad de bombas y proyectiles, matando a un millar (las cifras siguen siendo polémicas) de los 5.000 habitantes que vivían en Guernica.
Se estima, además, que fueron destruidos el 70% de los edificios de esa ciudad, en lo que constituyó el primer bombardeo aéreo sobre una población inerme.
Aquella matanza de inocentes, ocurrida dos años antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, representó una muestra del horror que sembrarían luego los nazis a lo largo de toda Europa.
Franco, apoyado por un sector del Ejército español en Marruecos, se había sublevado contra la Segunda República, lo que después dio comienzo a la guerra civil que sufrió ese país entre 1936 y 1939.
Para Iñaki Anasagasti Oleabeaga, senador por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), "hay que exigirle al rey Felipe VI que, como heredero directo de un dictador que designó a su padre como Jefe del Estado, pida perdón en nombre de una humanidad que quiere que estas barbaridades no vuelvan a repetirse".
"Si el rey Felipe VI es símbolo constitucional de unidad y permanencia, debería demostrarlo; si en verdad quiere ser un jefe del Estado propio de una democracia moderna y con valores", dijo por teléfono a Télam, desde Bilbao, Anasagasti Oleabeaga.
El legislador del PNV recordó que en 2009 el entonces presidente alemán, Roman Herzog, pidió perdón como mandatario del Estado alemán por la destrucción que había hecho de Guernica el régimen nazi.
"Pero nunca el gobierno español -a pesar de que lo hemos solicitado reiteradamente-, lo ha hecho con el argumento de que ellos no tienen nada que ver con aquella barbarie", agregó. Sin embargo, después del ataque nazi, la propaganda franquista dijo que los defensores de la República incendiaron Guernica para culpar a los golpistas.
Algunos historiadores dijeron que el objetivo franquista era destruir un puente que nunca fue alcanzado durante el bombardeo de esa ciudad.
Lo que quedó claro es que tanto el genocida alemán Adolfo Hitler como Mussolini apoyaron a Franco en la guerra civil, enviando tropas y equipamiento militar que resultaron decisivos para el triunfo nacionalista.
Para el historiador Alejandro Simonoff, "Guernica fue una muestra de la firme colaboración de las potencias fascistas con los rebeldes franquistas, deseosos no sólo de la destrucción material sino también simbólica de la Segunda República Española; también fue una muestra de los tiempos sombríos que se avecinaban".
Francia y el Reino Unido prefirieron no involucrase en la Guerra Civil española. Ochenta años después del bombardeo a esa ciudad vasca, ya no quedan dudas sobre quiénes fueron sus autores.
Durante el juicio de Nüremberg, donde fueron juzgados varios jerarcas nazis, el jefe de la aviación germana, Hermann Goering, señaló: "la guerra civil española nos dio una oportunidad para poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquieran experiencia".
Sin duda, los nazis querían que el bombardeo de Guernica sirviera de lección parar sus enemigos que observaban con pasividad el rearme alemán luego de su derrota en la Primera Guerra Mundial.
Alemania no podía armarse porque se lo prohibía el "Tratado de Versalles", pero en 1934 crea la Luftwaffe al mando de Goering.
La flota alemana en Guernica estaba compuesta por unos 60 aviones, que usaron bombas de gran calibre, de hasta 250 kilos, junto con artefactos incendiarios.
La Legión Cóndor aplicaría luego la misma fórmula durante la invasión de Polonia a fines de septiembre de 1939.
El ataque nazi a Guernica fue inmortalizado por el pintor malagueño Pablo Picasso, quien en su taller de la Rue des Grands-Augustins, en París, plasmó la obra que sería también reconocida por su expresionismo abstracto.
El cuadro, sin embargo, fue criticado por algunos de los seguidores de la Segunda República como el poeta Louis Aragon, quien dijo que no conseguía la eficacia semántica del realismo socialista, según informó el diario español El País.
Picasso pintó "Guernica" -que muestra a una mujer cargando con su hijo muerto, a un toro y partes desmembradas de cuerpos- en tiempo récord, y la entregó a las autoridades en la primera quincena de ese mes de 1937.
Con los años, y a despecho de las ideologías, el grandioso mural se convirtió en un símbolo de la lucha contra el fascismo y la barbarie de la guerra que, sin duda, será admirado por futuras generaciones.
Picasso logró su objetivo. Hoy, gracias a este cuadro, los aullidos de las víctimas de Guernica parecen más audibles que nunca.