LOS HORARIOS
• Hoy a las 21 y 23.30 y mañana a las 20 y 22.30, en Teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).
Aparece en la televisión, el teatro y el cine; como actor, como director y también como cantante en los recordados temas de “Casi Ángeles” y “Teen Angels”. Nicolás Vázquez ha cosechado varios premios en el campo de la comedia y es precisamente por su versatilidad que encara el musical “El otro lado de la cama”, con Gimena Accardi, Benjamín Rojas, Sofía Pachano, Sofía González Gil y Francisco Ruiz Barlett, bajo la dirección del reconocido Manuel González Gil.
La entrevista telefónica con LA GACETA se interrumpe varias veces; cada tanto pide permiso para sacarse una foto con los admiradores que lo persiguen. “La manejo bien (a la fama) y estoy muy agradecido; hice una carrera despacio que funcionó mucho”, responde cuando se le pregunta sobre su popularidad. Cuenta que la función en Jujuy fue buena, pero que comprendió que no es un mito que te podés apunar por la altura. “Conocimos Tilcara y otras zonas y a la noche estaba abombado, me costó mucho arrancar”, admite.
Ahora llega a Tucumán con “El otro lado de la cama”, obra que plantea un conflicto donde dos parejas se verán envueltas en una historia de sexo, amistad, enredos y mentiras. Y en la que las cosas nunca terminan como uno quisiera. Serán cuatro funciones, entre hoy y mañana, en el Teatro Mercedes Sosa.
- ¿Cómo está funcionando la obra durante estas giras?
- Es increíble lo que sucede, es una bendición. Dejamos todo en el escenario y la gente se ríe sin parar. Hago el papel de un tipo misógino y pacato, que discrimina mucho, pero su mujer es lo contrario, muy abierta. Hay mucho interés de los espectadores, que llenan las salas en cada lugar donde estamos, porque la pieza le crea empatía al público.
- ¿Y vos llevarías a la vida real estos cambios de pareja?
- Sería imposible para mí, no podría directamente. Porque estoy muy enamorado de mi esposa (Accardi, con quien comparte escenario) y la quiero cuidar mucho. No soy celoso, pero hay situaciones que no permitiría ni me permitiría; no podría disfrutar de nada, porque estaría pensando en ella permanentemente.
- Bueno, pero...
- Sí, en la obra y en la vida, muchas cosas comienzan con una metida de cuernos y hacen una doble vida. Cuando se estrenó la obra me impresionó saber que ocurre con mucha frecuencia, más de lo que uno cree. En un grupo de amigos, por ejemplo, hablaban sobre la obra y uno le dijo al otro: “es la historia de tu vida”. Es más habitual de lo que pensaba, y entre amigos. No, no hay códigos....
- ¿Qué es más difícil, hacer reír o llorar?
- 20.000 veces te puedo decir es más difícil hacer reír. Hacer llorar es más fácil. En la comedia si te pasás un milímetro perdiste la risa del público. Y yo quiero hacer reír a la gente hasta el final, es lo que busco siempre en cada proyecto, porque es lo que reconforta. Me sienta muy bien, es cómodo para mí.
- O sea que entre la comedia y el drama, no dudás.
- No pasa mucho por elegir, sino que me eligen para eso. Pero sí hice un rol dramático en una película. Pero la comedia es el fuerte, me siento cómodo, aunque no descarto que más adelante interprete otros roles.
- Teatro, televisión, cine...
- En realidad, me siento un bicho de teatro, pero tengo que reconocer que le debo mucho a la televisión. Me ha dado la posibilidad de trabajar mucho durante años y con ficción. Pero además, la televisión te da un entrenamiento actoral impresionante, porque pasa que hay días que tenés que grabar 30 escenas, y saltás del drama a la comedia. Esa gimnasia te enriquece mucho como profesional. En cuanto al cine lo estoy conociendo ahora, es muy difícil.
- ¿Cómo mantenés la relación con tu mujer?
- Cuando llegamos a cualquier hora nos metemos en la cama con un chocolate extra large y arrancamos un capítulo de una serie que estemos viendo. Por más horas de escenario que haya habido, recién ahí siento que estoy con mi mujer. Paradójicamente, caigo en que la extrañé el día entero. Y disfrutamos mucho, con pasión.