Desde antes de asumir el actual Gobierno provincial, los productores de frutilla de Tucumán vienen insistiendo y trabajando para que las autoridades provinciales, nacionales y la Cancillería continúen con las tratativas para lograr que Estados Unidos vuelva a comprar y consumir la frutilla tucumana.

Lo real es que actualmente se pudo avanzar en el sinceramiento del Sistema General de Preferencias (SGP) en EEUU, en lo referente al ingreso per capita argentino y a otras cuestiones que lleva adelante el Gobierno nacional con el del país del norte. Continúan las audiencias públicas para lograr que ingresen en las negociaciones finales no solo la frutilla, sino también los cueros y las galletas.

Lo real es que “todavía se discuten aspectos que EEUU quiere solucionar como la Ley de Semillas y las Patentes Farmacéuticas, para poder definir las conversaciones de una vez por todas”, comentó Nicolás Paz Posse, referente de la empresa La Loma, productora de frutillas de Lules.

“Hasta abril tuvimos noticias de que las negociaciones venían avanzando, pero desde esa fecha hasta ahora no tenemos novedades, por lo que actualmente no se puede enviar nada de frutilla a EEUU bajo las condiciones actuales de comercialización”, reconoció el productor.

Como dije, esto no es algo que recién se viene realizando, ya que “las tratativas llevan varios años, pero en el año 2016 la Provincia reforzó las relaciones con EEUU y trabaja alineado con la consejería agrícola de la Embajada Argentina en Washington”.

A fines del año pasado se hicieron las presentaciones ante el SGP, que implicó un esfuerzo compartido entre el sector público y privado en aras de proteger a los empaques tucumanos. Entre las diversas exportaciones argentinas, la frutilla perdió el SGP en el año 2012 y fue afectada en 2009 por la crisis económica mundial.

El comercio

Para nosotros y para los productores que producían fruta-industria para exportación -el principal mercado para esta fruta es EEUU-, la Provincia de Tucumán y el Ministerio de Industria de la Nación trabajan para acercar posiciones con las cámaras comerciales estadounidenses.

“Sería muy importante para el sector frutillero, sobre todo para la gran cantidad de personas que trabajan en campo y en empaque, que las trabas puedan levantarse. Debemos mantener una actividad económica que generaba trabajo para 10.000 personas durante los cuatro meses de temporada, incluyendo en su plantilla un 50% de mujeres”, señaló.

Calidad

El producto que logramos es de gran calidad, y durante muchos años quedó demostrado que competimos sin problemas con países como México, Perú y Chile, que envían su fruta al mismo mercado.

Una hectárea de frutilla tiene una inversión de U$S 40.000 plurianual, brinda más de 12 puestos de trabajo por hectárea productiva, más el personal extra en planta y empaque.

Tucumán tenía mas de 700 hectáreas plantadas hasta el año 2009 y, como consecuencias del contexto macroeconómico global y a nivel país, bajó a 200 hectáreas.

“Actualmente, estimo que estamos cerca de unas 280 hectáreas, de las cuales la mayoría se trabajará hasta agosto para el mercado interno de fresco, y en el caso de La Loma algo se exportará”, dijo.

Por otro lado, además de los actuales problemas en el mercado de exportación, sufrimos mucho con los costos internos, tipo de cambio poco competitivo, y el arancel del 11,2%.

Actualmente, “el costo de la energía nos pega muy fuerte, por lo que estamos tirando líneas por todos lados para que se revea esta situación, ya que con el valor energético actual es inviable esta actividad”. “Pedimos que se extienda la estacionalidad de los contratos energéticos, debido al alto costo que tiene, y que se revise la carga impositiva de las facturas de luz. En lo que se refiere a los subsidios energéticos todavía no tenemos nada”, resumió preocupado.

“Esperamos que, en algún momento, podamos de retornar a nuestro principal mercado. Argentina está volviendo al mundo al reconocer tratados que antes no se aplicaban. Nuestra frutilla fue distinguida por su calidad en los mercados internacionales y creemos que se pueden abrir posibilidades, porque ellos conocen nuestra calidad y las condiciones en las que trabajamos”, concluyó.