Juan Manzur dice que no recuerda la última vez que tuvo oportunidad de hablar distendidamente con Mauricio Macri. “Creo que fue hace dos o tres meses”, confiesa el gobernador de Tucumán. Su distanciamiento con el presidente de la Nación no sólo es geográfico; también político y hasta económico. Está convencido de que las políticas instrumentadas por la Casa Rosada no han servido para achicar la brecha entre ricos y pobres. “Más bien, creo que se ha profundizado”, agrega. En una entrevista con LA GACETA, Manzur reniega de que la política económica apunte más al sistema financiero que al productivo, “el que genera genuinos puestos de trabajo”. Y asegura que, sin compensación, a cualquier provincia le resultará imposible bajar los impuestos.
-¿Cuál debería ser el rumbo económico que debe adoptar el país?
-Lo que hay que incentivar es el trabajo. Desde la visión política que tenemos, para que haya más empleos, necesariamente tiene que haber más inversión, con más capacidad productiva, más fábricas e industrias y, además, agregar valor a aquella producción. Eso es lo que pasa en algunas economías regionales, como las de Tucumán. Lo que estoy en desacuerdo con la Nación es que toda la estructura económica de la Argentina pivotea en el sistema financiero. No es normal que, cuando se gana plata, se acumule y no vaya, por ejemplo, a producir más y a crear más empleos. Y así vemos que hay tasas de interés de entre 26% y 28% con las Lebac (Letras del Banco Central) que se siguen retroalimentando. A esto les llaman tasas positivas. Mientras tanto, lo que hicieron es quitar el consumo a la gente, que tiene menos capacidad de compra, sobre todo en los sectores más vulnerables, y por eso cae aquel consumo.
-¿Cree que se está ensanchando la brecha entre ricos y pobres?
-Se está ensanchando esa brecha y todos los días vemos que eso sucede; cierran fábricas e industrias y despiden gente. Hay que poner en marcha el aparato productivo argentino. Hay que seguir estimulando las economías regionales. Por eso creo que el desafío actual es cambiar y modificar la política económica, poniendo menos énfasis en el sistema financiero y más en la actividad productiva, que es la que le da más trabajo, bienestar y mejor calidad de vida a la gente. Pero resulta que primero nos decían que teníamos que esperar el segundo semestre; luego los brotes verdes y también que debíamos pagar la deuda para que lleguen las inversiones. Y no llegan. Humildemente le pido a Macri que incentive la producción.
-Pero, ¿qué acciones toma su gestión para incentivar la producción en Tucumán?
-Generamos leyes para que empresas que trabajan en el territorio provincia puedan mejorar sus líneas de producción. Hay ciertos incentivos brindados para una mayor producción de ganado. La gestión provincial está adoptando y pensando permanentemente en medidas que tiendan a ayudar a que los empresarios produzcan más. Estamos poniendo el Gobierno al servicio del empresario, para que crezca, se expanda, genere rentabilidad, siga invirtiendo y genere más empleos. Sabemos que falta mucho por hacer, pero nuestras políticas están orientadas a favorecer la producción.
-Hace unos días, en Hamburgo, el Presidente dijo que había algunas cuestiones técnicas que faltaban para que reingrese el limón a los Estados Unidos...
-Estamos cumpliendo con todas las normativas. A fines de mes, junto con 70 u 80 empresarios tucumanos iremos a Brasil a trabajar en rondas de negocio de dos jornadas. Se organizó para tratar de colocar nuestros productos en un mercado con 200 millones de potenciales consumidores. Y hay productos para ofrecer. Días pasados, por caso, Citrusvil, reabrió la comercialización de limones en Brasil. Ahora, con los empresarios locales iremos a ofrecer, porotos, garbanzo y otros productos. Esto es darle herramientas genuinas a los empresarios.
-¿Por qué la sociedad no percibe mejoras en la economía, como marcan algunos indicadores?
-Por la concentración del dinero a nivel nacional. La inflación sigue siendo alta, al igual que las tasas; con el dólar como está a algunas economías regionales les cuesta exportar. Hay que resolver esto y lo digo en voz alta, señor Presidente tiene que fijar prioridades. Se invierte el equivalente a un presupuesto de Tucumán en una obra en Buenos Aires para el soterramiento de un tren. Sí, son $ 50.000 millones que se destinan a enterrar un tren. No digo que no sea prioritario, pero hay 12 provincias que pasaron por inundaciones. Cómo no usamos parte de esa plata para hacer diques, canales, drenar agua, mejorar la producción y poner en marcha el país productivo de la Argentina profunda. En Puerto Madero se ejecuta una autopista que sale $ 10.000 millones.
-¿Está diciendo que la gestión nacional no tiene sentido federal?
-Creo que hay una visión muy centralista; por eso digo que en un país profundamente federal, extenso, con idiosincracias distintas, requiere de una inversión pública en obras para su desarrollo armónico.
-El Plan Belgrano fue creado para romper la visión centralista...
-El Plan Belgrano no existe. Creo que fue una muy buena idea del Presidente, pero le dieron a un hombre que no sabe de esto, que a lo largo de los 18 meses (de la gestión de José Cano), no hizo nada de nada; tan sólo hacer perder el tiempo al norte argentino. Y se esfuerza por poner carteles en obras que venían de antes.
-La sociedad se pregunta qué hace Manzur con un presupuesto anual de $ 55.000 millones...
-Defender a Tucumán; que los hospitales funcionen; invertir en producción; que las criaturas puedan ir a las escuelas; tener un Estado y un Gobierno presentes. Atendimos a sectores vulnerables de la sociedad y hasta tuvimos que abrir escuelas para darles de comer. En los hospitales no sólo no hay listas de espera, sino que seguimos haciendo transplantes. La Nación manda menos leche y tenemos que salir a comprar; hay planes de educación que dejaron de dar y la provincia sale a poner la plata para que continúen.
-¿Es posible bajar los impuestos, como Ingresos Brutos, como pide el Presidente a las provincias?
-Hoy no hay posibilidades de hacerlo. Hay que ser claro en esto. Al dinero lo necesitamos para que el Estado siga funcionando. Esa es la cuestión central del debate. Ahora, si el presidente de la Nación nos plantea que, para bajar la carga impositiva en las provincias nos coparticipa, por ejemplo, el impuesto al cheque o cualquier otro, nos sentaremos a debatir. Hoy Tucumán es una provincia ordenada. A lo largo de este tiempo preferimos no tomar deuda porque las tasas están muy altas. Estamos haciendo las obras imprescindibles y asistimos a los sectores más vulnerables de la sociedad. Nuestra gestión es muy austera; no hay problemas financieros en Tucumán.