Marcelo Androetto - Especial para LG Deportiva
La Selección lo ha logrado: el día después de su decepcionante empate con Venezuela en el Monumental, y ante el riesgo cierto de que el equipo de Jorge Sampaoli fracase en su objetivo de clasificar a Rusia 2018, se discute tanto o más sobre la incidencia de los factores psicológicos que acerca de cuestiones futbolíticas.
Fue el propio seleccionador quien puso el tema sobre el tapete, antes y después del partido con la “Vinotinto”, al referirse a los supuestos bloqueos de sus jugadores frente a la necesidad y urgencia de obtener resultados positivos que depositen a Argentina en el próximo Mundial.
Eso se percibía el martes, en particular, durante el segundo tiempo: la frustración de no haber concretado las numerosas situaciones de gol que generó en la etapa inicial, más el inesperado tanto de Venezuela y el rápido correr de las agujas del reloj provocaron que el equipo perdiera su foco.
El miedo es un tema tabú en el ambiente del fútbol. Pareciera que no está permitido que los jugadores lo sientan. Pero lo sienten. Ayer Oscar Ruggeri reconoció haberlo experimentado en muchas ocasiones durante su carrera, justamente un futbolista que por sus características temperamentales de ninguna manera podría haber sido tildado de “miedoso”.
Tanto con los miedos como con las presiones sólo algunos jugadores rinden mejor en esas circunstancias. El desafío pasa por reconocerlos, controlarlos y transformarlos en motivación. Y para ello hace falta desarrollar habilidades psicológicas. Todo el mundo coincide en que la cuestión mental es decisiva en la alta competencia. Pero no todos los equipos ni todos los deportistas se preparan en esta faceta.
La última Selección que contó con asesoramiento profesional en esa materia fue la de José Pekerman, en Alemania 2006, a través del licenciado Marcelo Roffé, quien previamente trabajó con los combinados juveniles y luego, también con Pekerman en el equipo de Colombia que fue revelación en Brasil 2014.
La ciencia de la psicología deportiva ha desarrollado técnicas e instrumentos destinados a potenciar el rendimiento. No solamente para el manejo de los miedos y las presiones, sino también para abordar variables tales como la atención y la concentración, la motivación, el liderazgo y la cohesión grupal. En ese sentido, llama la atención que Sampaoli, un DT joven, que trata de sacarle el máximo jugo a la tecnología y hasta utiliza drones en los entrenamientos, no haya incluido a un psicólogo deportivo entre la decena de colaboradores que trajo consigo.
La Selección, con esta generación de jugadores, no ha logrado coronar con un título tres finales: la carga de tal frustración pesa sobre sus espaldas. Y el equipo suele derrumbarse ante la primera adversidad. Además, carece de una voz de mando dentro del campo. Y de un líder fuera de él.
Con la “final” ante Perú en la mira (y el posterior viaje a Quito para enfrentar a Ecuador), el entrenador no sólo deberá resolver incógnitas tácticas y de nombres, sino también ayudar al “desbloqueo” individual y colectivo de sus jugadores.
Un psicólogo deportivo no es un mago. Convocar a un profesional del área a último momento no parece lo indicado: es un trabajo que suele dar mejores resultados a mediano y largo plazo. Pero con la soga de la Eliminatoria sudamericana al cuello, Sampaoli, como jefe de equipo, deberá proveerse de las herramientas necesarias para que los círculos viciosos “a nivel mental y anímico” se transformen en virtuosos. Un psicólogo a la derecha, se necesita.
PUNTOS DE VISTA
Nerviosismo y ansiedad
Cristian Lucchetti - Arquero de Atlético
Lo primero que hay que entender es que esto es fútbol. El martes, el equipo tuvo muchas situaciones de gol pero el nerviosismo y un poco de ansiedad les terminaron jugando en contra a los jugadores que estaban. Más allá de los nombres que forman parte del plantel el problema pasa por la cabeza.
Igualmente tengo fe que vamos a clasificar al Mundial de Rusia. Lo que sucede ahora es que después de estos resultados se achicó un poco el margen de error. Aún así hay que tener fe y confiar en los jugadores, el cuerpo técnico y el trabajo que se viene realizando. Es un deseo muy grande poder clasificar. Yo tengo fe y, la verdad, espero que podamos hacerlo.
Primero, ganar como sea
Ariel Martos - DT del equipo liguista de San Martín
La Selección está viviendo un presente muy incómodo. Los jugadores están sintiendo la presión, porque saben que si Argentina no clasifica al Mundial es un fracaso.
Yo considero que para los próximos dos partidos, Jorge Sampaoli debe dejar de lado su gusto futbolístico y convocar a los futbolistas que estén pasando su mejor momento y que tengan experiencia como para soportar la presión.
A mí me gusta Sampaoli, pero creo que este es el momento de buscar gente de experiencia que esté preparado para este tipo de batallas. Hay que sacar adelante esta situación. Y una vez clasificados, recién pensar en armar un equipo que tenga la identidad futbolística de su entrenador.