Extraño (o quizás no tanto) es lo que le toca vivir a Atlético en, prácticamente, la última veintena de partidos por el torneo local. De los últimos 19 duelos en ese campeonato, el equipo que ahora dirige Ricardo Zielinski, sólo ganó tres. Tres partidos de 19. Es la misma ecuación al revés pero suena a tan poco que vale la pena repetirla de distintas maneras.
La muestra no es casual y hasta podría decirse que tampoco es caprichosa: 19 es el número de partidos de un Torneo Apertura o Clausura, años atrás. Ganar sólo tres de esos partidos significaba problemas con el descenso.
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Atlético aún no los tiene, ya que su campaña que le valió la clasificación a la Copa Libertadores todavía forma parte del cociente que hoy es 1,340. Igualmente, ese top 5 en la tabla de promedios que ostentó en gran parte de ese exitoso torneo, ahora se transformó en un poco interesante puesto 16.
Pero justamente su aventura internacional fue la que inició todo esto. Cuando Pablo Lavallén estaba al mando, y aunque todos eran conscientes de la importancia del torneo de Primera, la prioridad se la llevó la Copa. “Sin torneo local no habría Copa Libertadores”, dijo hasta el hartazgo Mario Leito, pero era inevitable.
El equipo fue avanzando y no hubo caso de enderecer el rumbo en el campeonato local. El semestre pasado terminó en el puesto 21, en gran parte por esos 15 puntos de los últimos 57.
Del otro lado, el foco de distracción crecía. Atlético llegó heroicamente a la fase de grupos y estuvo a un triunfo de avanzar a octavos de final. Quedó eliminado en mayo, cuando al torneo le faltaban varias semanas pero no significó el fin de las copas.
Su premio consuelo fue jugar la Copa Sudamericana y aunque ya no era la Libertadores, Atlético se emocionó con disputarla. Es más, tuvo que organizar su pretemporada en relación a su debut en 16avos. de final, allá por julio, cuando el torneo pasado ya había terminado.
Aún con serios problemas para armar una lista de 18 jugadores (no llegó a hacerlo en uno de los partidos), ganó sus primeros tres. Dos a Oriente Petrolero y uno a Independiente.
A Atlético no le dan respiro y lo siente
El comienzo del nuevo torneo fue auspicioso y varios pensaron que la “maldición” se había terminado con el 2-1 a Godoy Cruz. Ese triunfo fue el tercero en casi 20 partidos. Los otros vencidos por Atlético fueron buenos equipos, como San Lorenzo y Banfield.
Sin embargo, en las tres fechas siguientes, todo siguió igual que el semestre pasado: dos derrotas (incluida la del viernes contra Patronato) y un empate. En el medio, la eliminación de la Sudamericana y la clasificación en la Copa Argentina ante Independiente, en ambos casos que volvieron a alterar el curso del torneo local.
Ya sin compromisos internacionales (aunque vivo en la Copa Argentina), se espera que Atlético reaccione. El viernes ante Belgrano, será la primera oportunidad. Luego vendrán River y Racing, así que tendrá que aprovecharla.