La distancia y las limitaciones económicas atentan contra las aspiraciones de estudiar en la universidad pública de cientos de jóvenes de La Cocha y comunidades vecinas. De la Técnica N°1, por ejemplo, egresan unos 130 estudiantes por año, de los cuales menos de 10 inician una carrera universitaria. El resto solo accede a estudios terciarios en La Cocha o alguna ciudad vecina. Y la mayoría está obligada a trabajar para poder estudiar.
Lo más cerca que tienen es Concepción donde hay un anexo de la Tecnológica que ofrece ingeniería industrial y tecnicaturas, y otro de la Unsta. Y en Aguilares, se encuentra un anexo de la Facultad de Artes de la UNT.
“En estos lugares el que quiere estudiar lo hace, pero con más sacrificio que la gente de otras ciudades más próximas a la capital. En mi caso comencé a estudiar agronomía y, por razones económicas, tuve que regresar para trabajar. Así que hice un profesorado de historia”, contó Fabrizio Valdiviezo, regente de Cultura de la ENET N°1.
“Uno viene de familia humilde, numerosa, trabajadora, pero con padres que en medio del campo te inculcan la importancia de estudiar”, comentó Carlos Arriola. “Mi papá era un verdulero con 10 hijos, y me decía que yo tenía que ser médico. O sea ya me proyectaba hacia algo superior. No fui doctor por distintas cuestiones, pero me esforcé por superarme”, planteó.
Arriola, profesor de Matemáticas, es uno de los que expresó su rechazo a los dichos del edil republicano Ricardo Bussi que se había preguntado: “¿para qué quiere una chica de La Cocha saber matemáticas?”. “Que un legislador te venga a plantear limitaciones de índole social sobre una materia tan importante como las matemáticas, es lamentable. O sea, ¿si sos hijo de agricultor no tenés por qué saber de fórmulas ni cálculos o trabajar enseñando?”, apuntó.
La directora de la ENET N° 1, Zulema Nagalí Iñiguez, comentó que los egresados del establecimiento están capacitados para trabajar. “Se los prepara como maestros mayores de obra, técnicos en gestión administrativa y en turismo. Son orientaciones optativas, que les permiten una rápida reinserción laboral”, aseguró.
Noemí Delgado, profesora de Ciencias Humanas, proviene de una familia campesina . “Es un trabajo muy duro, que me obligó a repensar el futuro. Me vine a La Cocha a trabajar de doméstica y con lo que ganaba comencé a estudiar. No me resultó fácil hasta que egresé y comencé a desempeñarme como profesora” contó.
Oferta escasa
“El estudio a emprender está en función de la escasa oferta que tenemos y las posibilidades económicas. Los profesorados son lo más accesible. Yo tengo previsto estudiar criminalística en la Universidad Nacional de Catamarca”, reconoció Agustina Vargas. “Para estudiar en San Miguel hay que instalarse allá y pagar una pensión. Es un presupuesto pesado para una familia media”, advirtió.
“Pienso que la UNT debería tener alguna oferta académica para esta parte de la provincia, carreras adecuadas a nuestras necesidades”, opinó Gerardo Díaz, quien tiene la esperanza de acceder a una beca municipal.
“El aporte no es muy elevado pero ya contribuyó a que algunos beneficiarios sean ahora profesionales”, comentó el intendente, Leopoldo Rodríguez (h). Agregó que se busca establecer un convenio con la UNT para que se dicten tecnicaturas en La Cocha.