Vanesa Jiménez cortaba ayer un tomate por la mitad. Eran las 11.35, cuando estaba en la cocina de su casa en la calle Virgen de Fátima al 700, en Los Gutiérrez. La señora preparaba un guiso de fideos moñitos. Tenía un repasador para secarse las manos, mientras su esposo, Julio Andrés Díaz, guardaba la moto bajo techo, con la serenidad de quien está en su día de franco laboral. Trabaja en una empresa textil de la zona, pero ayer estaba de descanso en su casa, donde también daban vueltas Juliana, Daiana y Rocío, las tres hijas del matrimonio, a la espera del almuerzo.
A esa misma hora, a 11 kilómetros de distancia de su casa, en la redacción de LA GACETA, el cupón ganador giraba en el aire, entre cientos y cientos de otras tarjetas. Una de las promotoras levantó el brazo en alto y, sin mirar, tomó el cupón en el aire, mientras una lluvia de papelitos caía sobre su cuerpo dentro de una gigantesca urna de madera. La joven sostuvo el único cupón que le quedaba entre los dedos y se lo entregó al escribano Álvaro Sobrecasas. En ese mismo instante, Vanesa cortaba un segundo tomate, sin saber que sería la afortunada ganadora.
En el edificio de LA GACETA, mientras tanto, el escribano verificaba los datos de la tarjeta para constatar que todo estaba en orden, antes de anunciar públicamente al ganador del automóvil 0 km ante las cámaras que registraban la ceremonia.
Al lado del escribano Sobrecasas, un grupo de lectores presenciaba el sorteo. En el salón también estaban Gustavo Neme (gerente del Banco Santiago del Estero) y Juan Pablo del Pino (gerente de Tarjeta Sol). En Los Gutiérrez, la mujer de 33 años agregaba los últimos ingredientes a la olla caliente.
El único momento en que la mujer suspendió el menú y dejó todo como estaba en la cocina fue cuando una hora después llegó a a su casa un equipo periodístico de LA GACETA.
“¿En serioooooo? ¿No me está mientiendoooo?”, preguntó sorprendida y con desconfianza en la vereda de su casa. Su esposo entró a las corridas para avisar a las hijas. Adentro se oían gritos de felicidad. En un segundo, toda la cuadra sabía la gran noticia.
“A mí me hacés pasear primero”, gritó Norma, una vecina de dos casas más allá, mientras regaba las plantas. Cada minuto llegaban más vecinos, amigos y familiares. La noticia se propagó por todo el barrio. “Es el mejor regalo del Día de la Madre”, dijo Vanesa. “Siempre le pedí a Diosito que me ayude y parece que ahora me escuchó”, añadió la ama de casa que estrenará un Nissan 0 km. Además, recibirá un GPS, obsequio del Banco Santiago del Estero.