BUENOS AIRES.- Un auditorio heterogéneo, en el que predominaron los gestos adustos y estuvieron ausentes los aplausos. Ese fue el contexto en el que el presidente Mauricio Macri anunció ayer un plan de reformas con tres ejes para combatir la pobreza, crear empleo y lograr un equilibrio fiscal.
Pasado el mediodía, el mandatario nacional se paró tras un atril en uno de los salones del Centro Cultural Kirchner, en la ciudad de Buenos Aires, y pronunció durante más de 40 minutos uno de los discursos más largos desde que asumió. Detrás, tenía una enorme pantalla de led con la leyenda “Consensos básicos”. Enfrente, estaban sentados actores principales de los sectores político, judicial, gremial, social y económico.
El titular del Poder Ejecutivo Nacional hizo una introducción en la que dijo estar seguro de que la mayoría de la ciudadanía eligió un cambio, al referirse a los resultados de las elecciones generales; en la que dejó en claro que su prioridad es terminar con la pobreza y en la que pidió a todos “ceder un poco” para lograr los acuerdos necesarios para el crecimiento de todo el país.
“La única manera de dar vuelta la página y de sanar las heridas del pasado es diciéndonos las verdad; construyendo confianza, que es la base de un vínculo duradero y genuino. Es rechazando todo tipo de violencia, buscando siempre el diálogo y fundamentalmente la paz. En este punto me quiero detener unos instantes: si no hay consensos básicos sobre el rumbo y los objetivos que compartimos para el desarrollo de nuestro país, no habrá sustentabilidad pública, ni inversiones, ni productividad, ni seguridad jurídica o competencia empresaria, no habrá equidad social ni una verdadera salida de la pobreza y la desigualdad”, planteó. Consideró que estas premisas implican una transformación significativa, que abarca varios aspectos que luego esbozó.
Convocó a lograr consensos básicos que permitan trazar un camino “de futuro para lograr estabilidad y una Argentina más justa”. Expuso a continuación su plan de reformas, basado en tres ejes principales: una mayor responsabilidad fiscal, la creación de empleo y el fortalecimiento de las instituciones. Aclaró que el trabajo se materializará luego en proyectos que llegarán al Congreso.
“En el camino del gradualismo, hay quienes no pueden esperar. Hay cambios que tenemos que hacer lo más rápido posible para que los argentinos salgan de la pobreza y para que la clase media pueda crecer. Ya vimos que no nos sirvieron los atajos y a dónde nos llevaron las avivadas. Queremos acabar con los privilegios que salvan sólo a unos pocos, mientras tantos argentinos padecen la pobreza y la desigualdad”, sostuvo.
Enumeró la necesidad de que bajen la inflación, el gasto público y los impuestos; de que se concrete la creación de empleo genuino y de que se lleven adelante reformas tributarias y del sistema previsional y laboral.
Llamó a terminar con las inequidades y los privilegios e insistió con la idea de “pensar una Argentina diferente y de reforma permanente” en la que se comprenda que reformar es crecer y evolucionar. “Detrás del miedo al cambio hay a veces una mirada reaccionaria y conservadora que defiende privilegios”, recalcó el mandatario, quien pidió a continuación a los presentes trabajar para construir un Estado que no esté al servicio de funcionarios ni de gremios.
Macri explicó que una de sus metas es “desafiar el dogma melancólico y desesperanzado que cree que lo mejor sucedió en el pasado”, y aseguró que su Gobierno está dando pasos firmes para que eso suceda.
Al respecto, remarcó que es clave modernizar el Estado para transformarlo en uno más ágil, con trámites más sencillos y con empleados jerarquizados. Pidió que el proceso se lleve adelante en los tres poderes y también en las provincias y municipalidades.
“Hay repartidos por el Estado rincones y recovecos donde funcionarios de todos los gobiernos en todos los niveles logran ubicar amigos, parientes y militantes”, cuestionó. Puso como ejemplo el caso de la Biblioteca del Congreso, precisó, tiene más empleados que las bibliotecas más grandes del mundo y que pasó de tener menos de 500 a más de 1.700 empleados en los últimos años. Calificó a ese incremento como una estafa y una vergüenza. Mencionó también otros casos como el de las Legislaturas provinciales (ver cuadro aparte).
Cómo sigue
El Presidente adelantó que se conformarán mesas de consenso para llevar adelante los objetivos planteados. Los ejes serán desarrollados en las próximas semanas por los ministros a cargo de las distintas áreas. Hoy el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, explicará los lineamientos de la reforma tributaria. Al mismo tiempo, harán sus presentaciones los ministros Francisco Cabrera, de Producción, y Andrés Ibarra, de Modernización: describirán un plan de desburocratización y de calidad institucional.
Macri hizo hincapié, por otro lado, en el sistema previsional, al que definió como un esquema que “esconde serias inequidades y no es sustentable” y anticipó que hasta que esa reforma entre en vigencia el Gobierno presentará en los próximos días algunas propuestas para la transición.
“A mi entender, no debería haber jubilaciones de privilegio, ni regímenes especiales, que por ejemplo habiliten sin justificación a que algunos se jubilen a los 40 años o a los 50 años, mientras otros tienen que trabajar hasta los 65, ¿por qué?”, se preguntó.
Manifestó fuertes críticas al sindicalismo, al señalar que “no puede ser que haya más de 3.000 sindicatos y sólo 600 que firman acuerdos salariales”. Consideró que el país necesita sindicatos fuertes y que eso forma parte de la agenda del diálogo con ese sector, al que también le apuntó por las obras sociales. “Hay 280 obras sociales de las cuales solo 40 representan al 70% de los trabajadores y sus familias”, dijo.
Se refirió además a la “mafia de los juicios laborales” y la consideró como enemiga de la creación de trabajo. Reiteró a las provincias, a excepción de Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires que ya lo hicieron, su pedido para que adhieran a la ley nacional de ART.
En uno de los últimos párrafos, se refirió a la Justicia. Consideró que debe mejorar para dar respuesta a una sociedad que “ya no admite la impunidad, ni la arbitrariedad ni demoras injustificables”. Opinó que los procesos deben transparentarse y agilizarse. “El expediente electrónico no existe. Los expedientes tienen 200 hojas, mínimo, en papel, que se cosen y todavía están escritos en español antiguo. Este sistema es viejo, poco transparente y contribuye a que la Justicia sea más lenta”, cuestionó. (Télam)