Jorge Vanossi, constitucionalista y ministro de Justicia de la Nación en 2002, recuerda que fue diputado durante 14 años y nunca vio un ambiente de violencia como el que rodeó la sanción de la reforma previsional. Vanossi condena lo sucedido, aunque, conteste con su pertenencia al Frente Renovador (que lo llevó a ocupar un escaño en el Parlasur), rechaza la ley impulsada por el oficialismo. “Son hechos bochornosos que atentan contra la normalidad constitucional. Creo, además, que por el nivel de adiestramiento que demostraron, los forajidos estaban preparados para producir los daños que produjeron”, opina en una conversación telefónica desde la Ciudad de Buenos Aires.
La multiplicación de los actos vandálicos coloca a sus autores en las puertas de la sedición, según Vanossi. El jurista describe este instituto contenido en el artículo 22 de la Constitución: “toda reunión de personas que pretenda alterar la forma representativa de gobierno y reemplazar a los gobernantes elegidos por el pueblo”. El catedrático y político dice que la Justicia debe actuar y aplicar el Código Penal a los violentos. “Las imágenes que mostró la prensa indican que hubo delito. Por un lado vimos ataques y agresiones físicas, y al patrimonio público, pero también una coacción al Congreso, donde está representada la soberanía popular. Esto es de una enorme gravedad”, añade. Vanossi precisa que el enfrentamiento del lunes puso en riesgo la vida de policías, manifestantes y particulares, y que toda vida humana merece respeto y consideración, sin distinciones.
“¿Qué buscaban los que transformaron el espacio público en un campo de batalla?”. Vanossi contesta en el acto: “hay un viejo fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de allá por 1940, que dice ‘fuera de la Constitución sólo cabe esperar la anarquía o la tiranía’. Yo agrego que, por lo general, la primera, a la larga, trae la segunda. Es decir, cuando hay una situación anárquica se está en la antesala de un desborde que después suele ser reprimido tiránicamente. La Argentina y el mundo tienen demasiada experiencia al respecto, por desgracia. En consecuencia, es fundamental que estos hechos no se repitan y que tampoco queden impunes porque la impunidad es un estímulo para la reiteración. Y, si ello sucede, se cae en la anomia, que es la pérdida de las reglas de juego y de los marcos de referencia”.
En disputa está, según su criterio, la preservación de la organización social y de las autoridades legítimas. Y asegura que ningún disenso autoriza a romper estos valores. En concreto, él cuestiona la reforma previsional tanto en el fondo como en la manera en la que fue planteada. Expresa contrafácticamente que, si hubiese estado en el recinto, habría votado por el “no” como lo hicieron los diputados massistas. Recuerda que el tema jubilaciones y pensiones es delicado, y afirma que no puede ser enmedado de la forma imperativa que propuso el oficialismo. Como correlato lógico, discrepa con la opción de sacar la reforma con mecanismos distintos a la ley que se barajó tras el fracaso de la sesión del jueves: “un decreto de necesidad y urgencia habría sido inconstitucional porque los cambios alteran la materia tributaria, cuyo tratamiento es exclusivo del Congreso, no del Poder Ejecutivo de la Nación”.
Otro aspecto a considerar son las obligaciones de “progresividad” y de “no regresividad” contraídas por Argentina al firmar pactos y tratados internacionales con jerarquía constitucional. Vanossi manifiesta: “ello implica que los beneficios sociales no pueden ser reducidos, sobre todo en contextos inflacionarios, y porque las jubilaciones y pensiones tienen carácter alimentario. Sólo es posible aumentarlas. A ello hay que añadir el artículo 14 bis de la Constitución que habla de beneficios integrales de la seguridad social. Por ello y sin el ánimo de ofender a nadie, entiendo que la ley es irrazonable y de dudosa constitucionalidad”. Pero Vanossi precisa que no se le ocurriría utilizar medios ilícitos, de fuerza o golpistas para plantear sus diferencias con el Gobierno de Cambiemos porque ello implicaría retornar a la barbarie. Observa: “hay que elegir entre la Constitución Nacional o la ley de la selva, que es ‘el todos contra todos’”.