Un avión de pasajeros que cubría la ruta entre Teherán y Yassuj, en el suroeste de Irán, se accidentó hoy con 66 personas a bordo, que con casi toda probabilidad habrían fallecido, informó un portavoz de la aerolínea Aseman Airlines.
A bordo del ATR-72 de esa compañía iraní viajaban 60 pasajeros y seis miembros de la tripulación. En las horas posteriores al lugar del accidente, los equipos de rescate no habían encontrado aún ni restos del aparato ni cadáveres de los ocupantes.
El avión despareció de los radares 50 minutos después de despegar del aeropuerto de Mehrabad en Teherán. Poco antes de atravesar la ciudad de Semirom, en la provincia de Isfahan, se estrelló contra el monte Dena, dijo el portavoz de la aerolínea, sin que estén claras por el momento las causas del accidente. Los habitantes del cercano pueblo Bideh oyeron una explosión, según informó la agencia DPA.
Un portavoz de la Media Luna Roja dijo a la emisora estatal IRIB que la fuerte tormenta de nieve en el monte Dena no permite el paso de los equipos de rescate al lugar del accidente, por lo que al avión aún no ha sido localizado. Según esa fuente, con gran probabilidad todos los ocupantes están muertos.
EL vocero de las autoridades de aviación civil no quiso pronunciase sobre las causas del siniestro y se limitó a indicar que un análisis exacto sólo será posible cuando se halle y estudie la caja negra. El avión era de 1993 y en los últimos 25 años fue sometido a varias reparaciones y modernizaciones, señaló el portavoz en IRIB.
En el aeropuerto de la capital iraní se vivieron escenas dramáticas: allí se congregaron familiares de los viajeros preguntándose cómo es posible que las autoridades permitieran despegar a un avión tan antiguo si no estaba en buenas condiciones técnicas. También gritaron críticas contra el Gobierno. Escenas similares se vivieron también en el aeropuerto destino de Yassuj.