BUENOS AIRES.- Si queremos sentarnos a discutir con Boca va a ser mejor que no hablemos de estadísticas o que intentemos cambiar de tema cuando lo traiga a colación. Tras el triunfo 1-0 sobre Banfield como visitante, el equipo de Guillermo Barros Schelotto suma 34 fechas seguidas como puntero y serán 37, de mínima (le lleva nueve puntos a su escolta).
La seguidilla de 441 días al frente del fútbol argentino incluye un título y seguramente otro (a menos que suceda una catástrofe).
Sin embargo, si la intención -repetimos- es sentar a discutirle su reinado, quizás tengamos una chance si hablamos de su nivel futbolístico. Ayer, ante un rival lleno de juveniles, apenas pudo hacerle un gol y pudo haber encajado uno para un empate que hubiese sido bastante mediocre.
El brillo futbolístico no ha sido el sello del “Xeneize” en 2018. El 2-0 ante Colón, el 1-1 ante San Lorenzo y el 1-0 contra Temperley son fiel muestra de ello: un equipo chato salvado por actuaciones individuales como las de Carlos Tevez, que ayer, apareció para marcar el único gol del partido.
También podríamos aspirar a dejarlo callado si hablamos de los fallos arbitrales que lo ayudaron (penal inventado con Temperley, expulsión injusta en el “Ciclón”) y en la actuación fuera de la cancha de algunos de sus jugadores (Edwin Cardona y Wilmar Barrios, acusados de violencia de género).
Boca retomará el mando de la discusión diciendo que perdió jugadores como Fernando Gago, Darío Benedetto y Pablo Pérez. Finalmente es posible que se quede con la última palabra. Al eterno líder podrán señalarle sus defectos pero discutirle parece difícil. (Especial)