Así como hay personas de dan dos pasos adelante y luego uno hacia atrás, lo mismo sucede con algunas sociedades. Se realizan acciones positivas que tienden a su progreso, pero al mismo tiempo, otras neutralizan ese efecto o lo manchan. Sería impensable llegar a aeropuertos como el de Los Ángeles, el De Gaulle (París) o el de Fráncfort y encontrarse en el hall con un grupo de remiseros ofertando a viva voz sus servicios para trasladar a los pasajeros a algún destino. Pero que además la tarifa esté acorde con la cara del recién llegado o que este no sepa si estos conductores pertenecen a una organización legal. Sería inimaginable que no hubiese transportes públicos de pasajeros que funcionaran en forma regular y que cubrieran el trayecto de ida y vuelta hacia la ciudad.
Se suele decir -no sin razón- que en Tucumán, todo es posible. Desde hace años, la estación aérea “Benjamín Matienzo” que ha alcanzado nuevamente el rango de internacional, cuenta con un servicio de remises que ejercen el monopolio, pera casi nadie sabe a ciencia cierta si trabajan en la legalidad. Los taxistas ingresan o egresan con cautela con sus pasajeros en la aerostación con el temor de padecer alguna agresión, generalmente, verbal por estar en un territorio que pareciera tener dueños.
Se suele generar una suerte de tumulto cuando dos vuelos de cabotaje arriban a la misma hora. No se sabe no conoce la identidad de estos choferes, si cuentan con todos los papeles del vehículo, seguro incluido, y si alguien los controla. Las variaciones de un viaje hasta la plaza Independencia pueden ser sorprendentes y si alguien necesita descender 20 cuadras antes de ese destino, tiene que pagar igual, por lo general, la suma hasta nuestro principal paseo público. En nuestra edición de ayer, un lector señaló que la cooperativa que “maneja todo el tráfico desde ese sitio, ha decidido aumentar la tarifa llevándola a $280 o $300, dependiendo de la cara del cliente. Al preguntar el porqué de tal aumento desmedido de un 30%, me enseñaron un cartón en donde lo único que figura es el sello de dicha cooperativa, nada de intervención de Aeropuertos 2000 o de la PSA”. Relató que al solicitar un recibo por dicho importe, se lo negaron diciéndole que si quería volver al centro debía aceptar esas condiciones.
Aeropuertos Argentina 2000 sostiene que el servicio de traslado está tercerizado, lo que falta es regular el sistema para que los usuarios sepan de manera concreta quiénes son los choferes y cuáles son los autos habilitados, entre otros aspectos que marca la Ley Provincial N° 6.210. Pero además es llamativa la falta de regulación de la Dirección de Transporte de la Provincia al traslado de pasajeros.
A mediados de este mes, la Legislatura aprobó un proyecto de ley para que se habilitara una línea de colectivos que uniera el trayecto desde el aeropuerto Matienzo hasta la terminal de ómnibus y viceversa, pero no la sanción no tomó estado público. En algún momento lejano una empresa cubría el trayecto a la aerostación.
Llama la atención que el Gobierno provincial no haya dado una pronta solución a esta realidad que trae desprestigio a Tucumán, mucho más cuando el aeropuerto ha tenido grandes mejoras -en octubre se haría la remodelación de su sede- que lo han posicionado como uno de los más importantes del país. ¿Cuáles serán las razones de tal inacción? ¿Acaso hay intereses creados?
En términos turístico, un servicio irregular y deficiente de transporte como el actual, no resulta la bienvenida más grata para un visitante. Dando dos pasos adelante y uno atrás, difícilmente lograremos la transparencia y la excelencia.