La Argentina está viviendo un momento de gran turbulencia por la incertidumbre que se desencadenó por dos situaciones. Por un lado tenemos que todas las monedas sufren cuando Estados Unidos sube la tasa y, particularmente, este fenómeno lo padecen más los países emergentes. Cuando se evidencia esa suba de tasa se produce el denominado “fly to quality”, es decir, que los extranjeros desinvierten en países emergentes. Desde que se dio ese proceso, la Argentina fue uno de los países que más sintió la devaluación de su moneda, muy cerca del rublo ruso. Y esto sucede porque somos una nación dependiente del crédito internacional, con marcado déficit fiscal. Pero también hay causas domésticas, porque se le dijo a los extranjeros que se le iban a cobrar renta a los que invertían en Lebac y así salieron U$S 5.000 millones. Los inversores no sólo miran el “carry trade” del mes, sino que observan un horizonte de 10 o de 20 años en países con políticas económicas consistentes. Esta gestión parece ir en ese rumbo, pero se encuentra en el Congreso con proyectos que tienden a incrementar el gasto público. Frente a ese escenario, un inversor extranjero se lleva sus capitales a un bono que le brinde cierta seguridad, como el de los Estados Unidos.
Probablemente estas turbulencias cambiarias se extiendan a lo largo de las próximas dos semanas porque el mercado seguirá esperando señales más firmes del Gobierno. En los últimos 70 años hemos vivido con aquellas turbulencias porque aún no aprendimos a vivir con eso que dice que no hay que gastar más de lo que entra. Un país no puede vivir con déficit permanente. La actual gestión ha tratado de dar señales de cerrar esa cuestión, endeudándose a razón de U$S 30.000 millones anuales y conteniendo la emisión monetaria. Todos los países que intentan bajar el déficit tardaron, al menos, 10 años en aplicar sus políticas.
¿Cómo hay que cubrirse frente a las turbulencias? Creo que hay mecanismos conservadores para conservar las tenencias de dinero. Si miramos las Lebac, esta semana que pasó han llegado a ofrecer 38% en el mercado secundario. O se puede invertir los dólares en Letes que dan una tasa del 3% anual. Y si queremos ser más conservadores, pensar en un bono en dólares a 2021, con buena tasa.
Insisto, creo que estamos atravesando una tormenta que se irá disipando. Cuando estamos frente a una turbulencia internacional, a la que agregamos problemas domésticos, hasta los robles se mueven, pero no se caen. Creo que la calma llegará y que el Gobierno puede llegar a enderezar el rumbo, ya que tiene varias herramientas para llevarle cierta tranquilidad al mercado.