“El duelo contra Agropecuario seguramente sea ‘palo a palo’. Ellos tienen una manera de jugar similar a la nuestra”. Ni bien “Agro” dejó en el camino a Almagro para meterse en las semifinales del Reducido de la B, Darío Forestello comenzó a pensar la manera de hacerle daño.
No está errado en sus conceptos “Yagui”. El “Sojero” es un equipo que tras un bajón abrupto, que le costó el cargo de entrenador a José María Bianco, está en un gran momento de la mano de Fernando Gamboa.
El ex defensor de Newell’s y Boca le cambió la cara a un conjunto que venía en una caída libre que casi le cuesta su lugar en el torneo Reducido. Con Gamboa sentado en el banco, el equipo está invicto; empató 1 a 1 en el primer juego, en Córdoba contra Instituto, y luego derrotó 1 a 0, en Carlos Casares, a Juventud Unida de Gualeguaychú para asegurar su lugar en el minitorneo.
Pero eso no fue todo. En cuartos de final se cargó a Almagro, al derrotarlo 2 a 0 en José Ingenieros, dejándolo afuera de la lucha por el segundo ascenso.
“Imagino un palo y palo”, dijo Forestello y vaya razón que tiene. Este Agropecuario no tiene nada que ver con aquel al que San Martín goleó 4 a 2 en La Ciudadela, a principios de abril.
Gamboa dejó de lado el esquema calculador de Bianco, apoyado en un conservador 4-4-1-1 y le impuso más dinámica y agresividad al equipo. Retrasó a Exequiel Narese, que pasó a desempeñarse de lateral por derecha y apostó por Agustín García Basso en el otro extremo de la defensa. De esa manera, el equipo tiene más salida por las bandas y mucha llegada al área rival.
Cristian Barinaga pasó a jugar como un volante mixto, que alterna en el sector izquierdo del medio y la función de enganche; y apostó por dos delanteros netos: Martín Prost y Facundo Parra. Esa fue otra virtud del actual entrenador: recuperar a jugadores experimentados que pueden aportarle mucho al equipo en este tipo de instancia. Así, Parra y Fabián Assmann se hicieron un lugar en el equipo.
En el último juego, en el arranque del Reducido, salió a discutirle el partido al “Tricolor” y se terminó llevando la clasificación a la próxima ronda.
Esta nueva manera de jugar de Agropecuario puede traerle cosas buenas y otras no tanto a San Martín, que es un equipo que se siente mucho más cómodo cuando el rival intenta disputarle el juego, que cuando se le meten atrás y le dejan el protagonismo absoluto del duelo.
Eso sí, el “Santo” deberá achicar al máximo el margen de error en la última línea. En las últimas cuatro jornadas, recibió siete goles; un número elevadísimo para cualquier equipo con intenciones de pelear cosas importantes; y mucho más teniendo en cuenta que enfrente tendrá delanteros de peso.
“Tenemos que mejorar de visitantes y hacerlo cada vez mejor. Seguramente así nos veremos con chances de pasar la semifinal”, aseguró el DT sabiendo que ese es otro tema. San Martín viene bien jugando en su casa, pero le falta ajustar algunas tuercas cuando juega lejos de su reducto.
Por eso, el duelo de mañana será fundamental. Saber cerrarle los caminos a un equipo que viene en alza será clave. Si lo logra, el “Santo” comenzará a ganar la batalla.