La pregunta estrella del fin de semana no fue sobre el clima ni sobre dónde irían a descansar por el feriado. Al menos en el “círculo rojo” lo que todos querían saber era qué había dicho José López. Las bellezas naturales del valle de Tafí fueron testigos de charlas incómodas de los veraneantes. Como la de un abogado que se atrevió a chicanear en voz alta a un otrora encumbrando dirigente político con un “te anda buscando López”. El auditorio del frecuentado bar de la villa miró para el costado, como aturdido. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, pareció ser la premisa. Es que en estas tierras todos se conocen con todos o tienen un amigo que conoce al involucrado...
Claudio Uberti llenó 13 páginas del bibliorato del Poder Judicial de la Nación con su declaración ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli. El chofer Oscar Centeno ocupó 25 hojas. López habría roto ese récord. Se filtró desde Comodoro Py que el ex secretario de Obras Públicas de la Nación habría complicado a algunos ex gobernadores y que habría dejado mal parados a la ex presidenta y a su vice, Cristina Fernández y Amado Boudou, respectivamente. El “algunos” es el que trajo el frío por estos lares en medio del inesperado veranito. Empresarios, funcionarios y ex funcionarios temen que el de los bolsos en el convento purgue su culpa a costa de que varios ardan junto a él en la hoguera judicial.
López pone en escena el papel de loco, pero no desvaría. Al contrario. Como adelantó LA GACETA, el ex funcionario K aprovechó el estrado de la causa en la que se lo investiga por presunto enriquecimiento ilícito para enviarle un mensaje a Bonadio. Había dicho que el dinero del convento no era suyo, que era de la política y que por ahora no podía hablar por una cuestión de seguridad personal. El juez del “cuaderno de las coimas” oyó el mensaje e invitó al tucumano a que hablara bajo la figura -hoy “santa”- del arrepentido. Y López habló. Pese al miedo de los que moran en estas tierras sobre lo que podría haber contado, por estos campos sólo continuarán ardiendo cañaverales.
El motivo es de orden procesal-judicial. Bonadio y Stornelli tendrían la intención de concentrar sus esfuerzos en hacer cima en la escabrosa montaña de presunta corrupción y coimas alrededor de las obras públicas. En criollo, le apuntan a Cristina y a sus principales ministros. Por ello no revisarían en lo inmediato lo que eventualmente podría haberles dicho López sobre la cuota de irregularidades en las provincias. Respiren tranquilos...Por ahora..., sería el mensaje para Tucumán.
Cabildeos en otros juzgados
Pese a ese parche de alivio para los nerviosos, las novedades podrían aflorar desde otros juzgados. Es sabido que en Tribunales las buenas y las malas acciones son como los bostezos: contagiosas. Pareciera ser el caso del juez Luis Rodríguez, que estaría pronto a resolver el recurso de apelación que le presentó hace un par de meses Stornelli en un caso en el que se empieza denunciando a Julio de Vido y se culmina en José Alperovich. Se trata de la denuncia por el uso de los fondos del Plan Más Cerca en la que el propio Rodríguez se declaró incompetente (“en razón del territorio y la materia”, según sus argumentos) el 9 de marzo del año pasado y decidió remitir sus actuaciones al juzgado provincial de turno. El magistrado ya habría remitido el recurso del fiscal a la Cámara de Apelaciones, que a su vez estaría por tomar una decisión al respecto.
Bonadio también tendría ya en su juzgado la denuncia por presuntas irregularidades en la construcción de Lomas de Tafí, en la que se investiga si hubo sobreprecios, cartelización o tráfico de influencias en el marco del megaemprendimiento habitacional.
Al igual que con lo que podría haber dicho López, son casos que tardarían en reactivarse. O podrían no hacerlo nunca.
Un cabildero del fuero federal tucumano especulaba con que a los magistrados con oficinas en calle Las Piedras no les quedaría otra que comenzar a bostezar. Tienen en sus manos denuncias quietas contra ex y actuales funcionarios por temas similares a los que investigan Bonadio y compañía: enriquecimiento ilícito, obras públicas y coimas, con protagonistas similares.