Corridas, gritos, bocinazos y algunos negocios comienzan a cerrar. En ese momento, en plena calle aparece una multitud de adolescentes que portan banderas, detrás una camioneta con música a todo volumen que sólo llega a ser sofocada por los gritos histéricos de la concurrencia. Más corridas, más gritos, una bomba de estruendo y una lluvia de papelitos. La 25 de Mayo era el escenario elegido por los estudiantes secundarios que promocionaban las semanas de sus colegios con caravanas. En algunos casos, esas caravanas terminaban en hechos violentos.
En los últimos años, los incidentes comenzaron a desbordar la ciudad. En 2016 hubo una batalla campal en pleno centro. La pelea arrancó en la plaza Urquiza y terminó en la Independencia. Eran estudiantes de las escuelas técnicas 2 y 3. En el trayecto rompieron vidrieras en la 25 de Mayo.
El año pasado, hubo nueve estudiantes detenidos y cinco policías heridos como consecuencia del incidente en las caravanas. Aquella vez, la Policía había montado un operativo preventivo pero fue desbordada por la aparición de marchas no anunciadas.
Para los estudiantes, la caravana es algo muy importante, porque, además de anunciar la semana, los hace visibles en el corazón de la ciudad. Tras estos escándalos, la polémica estalló. “Las caravanas así no pueden seguir”, afirmó en noviembre del año pasado el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer.
Con la llegada de la primavera comienza la temporada de los estudiantes. Estos meses suelen ser elegidos para organizar las semanas de los colegios. Pero este año, el Ministerio de Educación tomó el toro por las astas para cambiar las cosas. “Queremos pasar de prácticas que tenían situaciones violentas a una cultura de la paz -afirmó Lichtmajer-; pasamos de las caravanas a la convivencia; estamos promoviendo ese paso. Hasta ahora son alentadores los resultados, porque 24 instituciones que promocionaban sus semanas con las caravanas se han sumado a un modo que, entendemos, es más eficiente, porque llega a los chicos. Además, es pacífico, enseñan valores y es colectivo”, remarcó.
La metodología es el diálogo, según Lichtmajer. Y aclara que las caravanas no están autorizadas por el Ministerio. Por esa razón, advirtió que las autoridades de los colegios tendrán que asumir la responsabilidad en el caso de que los alumnos decidan realizar una caravana.
La nueva propuesta oficial apunta a reunir a los estudiantes un espacio amplio y cómodo, como la plaza Urquiza. “No decimos solamente que no promocionen la semana, sino que les proponemos una manera diferente de hacerlo, con docentes, con autoridades y con familiares, y donde los propios chicos que van a ir a la semana van a poder verlo”, insistió.
Vientos de cambio
En mayo del año pasado, el pico de violencia estudiantil traspasó todas las fronteras, cuando se produjo el crimen de Matías Albornoz Piccinetti, el adolescente asesinado de un puntazo en una gresca en Santiago del Estero casi 25 de Mayo.
Si bien no fue en el marco de las semanas de los colegios, ni tampoco en el Día del Estudiante ocurrió cuando los enfrentamientos entre colegios tomaban cada vez más fuerza.
El ministro Lichtmajer admitió que llevará un tiempo modificar ciertas costumbres. “Todas las políticas públicas requieren sostenerse en el tiempo -afirmó-; hace dos años dijimos que íbamos hacia un proceso mediante el cual queremos dejar atrás las caravanas para pasar a las convivencias; va a llevar tiempo, pero hoy tenemos 24 instituciones, que eran las que hacían caravanas en el centro; si queda alguna que no se haya sumado nos parece que es muy bueno que no se aíslen”.
El objetivo de los encuentros estudiantiles es crear un ambiente de armonía en las escuelas, hacerlos socializar y armar criterios comunes para la semana. Es por eso que se realizó la Iª Expo Estudiantil durante dos viernes (7 y 14 de este mes). Además contó con stands institucionales con diferentes temáticas, espacios recreativos y dos espacios de integración de las escuelas participantes, como así también la carpa de la solidaridad, la del talento y cultura.
“No podemos ser indiferentes; hay que tomar medidas y la primera de ellas es saber escuchar. La mayoría de los jóvenes no tiene el chip de la violencia -aseguró el ministro- y lo que tenemos que hacer es prevenir que no haya grupos pequeños que generen violencia; siempre hay que proteger a las mayoría de los grupos pequeños que generan violencia”, afirmó.
> "Está bueno que nos juntemos en un solo lugar, porque últimamente, las caravanas eran para armar peleas y competir entre los colegios"
Nadia Araceli Gómez | 3° año
> "Creo que lo mismo van a salir algunos a dar unas vueltas por el centro, porque no saben usar otra manera para mostrarse y todos quieren mostrarse"
Damián Briseño | 4° año
> "Hace un año, yo estaba cerca de donde se armó un lío y la verdad que no me gustó nada. Me dio miedo y no me gustaría que me vuelva a pasar"
karina Solórzano | 2° año