›› CAMPAÑA 2018 | CIERRA UN AÑO DIFÍCIL

El empresario tucumano Álvaro Japaze, productor y exportador de arándanos, reconoció que es difícil el panorama que presenta la campaña productiva y exportadora 2018 del berrie en nuestra provincia. Sin embargo, se mostró optimista respecto de las posibilidades de recuperación del sector, y planteó como desafío para todo el sector la necesidad de seguir buscando nuevos mercados internacionales. Japaze posee un campo en Lules de 10 hectáreas; en la cosecha trabajan 250 personas, y en total suman 600 con el empaque trabajando a pleno.

- ¿La campaña está difícil?

- Este año 2018 está difícil y con varios problemas. El primer problema es climático. Este fue un año “helador”, porque tuvimos este año en Tucumán muchas heladas y muy fuertes. Después, cuando habíamos arrancado la campaña tuvimos que parar porque teníamos noches frescas, pero los días eran muy cálidos y así no podíamos cosechar. Por lo tanto, no pudimos tener fruta primicia.

Luego, volvimos a arrancar y trabajamos unos 15 días, pero tuvimos 6 días de lluvias intensas y largas, que directamente provocaron el colapso de la campaña. Esto nos provocó unos 20 días de retraso, porque las lluvias hicieron que la fruta se volviera “no apta” para exportar, por lo que tuvimos que enviarla a industria, donde las congelamos y resguardamos, pero sólo pudimos hacer esto con un volumen reducido porque contamos con una capacidad reducida para tener arándanos congelados. En este caso, las pérdidas rondaron entre el 50% y 60% de la fruta que era para exportar.

Luego se sumó que tuvimos menos vuelos internacionales al exterior (eran 29 hasta el martes de este semana), respecto de la cantidad que tuvimos en 2017 (fueron 84 a igual mes del año).

- Sufrieron detenciones y varios problemas juntos.

- Correcto. Entonces, además del parate climático, tuvimos otro parate más que fue provocado por la fuerte caída que tuvieron los precios internacionales.

Empezamos la campaña con U$S 22, por la caja de 6 onzas (1 onza = 28,35 gr). Y creíamos que U$S 18 era el piso para la Argentina, que es el límite de nuestra exportación porque así tenemos un costo justo. Sin embargo, llegamos hasta los U$S 11. Esto provocó que tengamos liquidez negativa, por lo que había que poner dinero para que nuestros embarques lleguen a destino y sean desembarcados.

De esta manera, tuvimos un freno en la producción. Esperamos un día, para ver si los precios mejoraban, pero nada. Y un día que no trabajamos ni cosechamos, es un día perdido. Y los precios siguieron bajando.

- Y destinar fruta a industria también tuvo dificultades.

- Exactamente. La tendencia instalada fue enviar varias toneladas de fruta a industria. Pero como tenemos limitaciones en este sentido, existe la idea, dentro del sector, de ponernos a trabajar para tener más infraestructura. Habrá que reestructurarse para el año 2019, y emprender una mayor lucha internacional con calidad y primicia.

- Los empaques también tuvieron sus problemas.

- Con todos estos avatares tuvimos que seguir trabajando, pero enfrentando problemas de calidad de la fruta, reconociendo que los costos en los empaques constituyen un problema complicado. Además, cuando nuestra fruta llegaba a Estados Unidos la calidad no era la adecuada, como esperábamos que lo fuera, y eso nos quita y nos quitó competitividad respecto de Perú. El arándano de Tucumán se destaca por su calidad, que significa que recibamos buenos precios; además, somos muy competitivos.

- ¿La apertura del mercado de China es algo bueno?

- Es interesante como punto de consumo porque es un mercado bueno. Pero el problema es que nos cobran un 30% de retención al arándano argentino. Y así no podemos competir. Creo que el gran desafío es seguir buscando para abrir nuevos mercados en distintos países, para que el arándano argentino, y el tucumano en particular, no tengan que depender tanto de EEUU, además de que todos los productores/exportadores podemos volcarnos únicamente al país del Norte. Una idea es intentar estirar un poco más la fecha de producción. Ya existen variedades nuevas, bien tempranas, de tal manera que la cosecha sea más cercana en el año, comenzado en el invierno nuestro. También evaluamos otras iniciativas y productos.