Como se sabe, el gobernador de Tucumán, doctor Próspero García, fue derrocado en 1893 por una revolución del Partido Radical, en momentos en que el Colegio Electoral designaba un nuevo mandatario. El ministro del Interior, doctor Manuel Quintana, envió un fuerte contingente de soldados. Los rebeldes fueron encarcelados, y se mantuvo la provincia bajo el singular régimen de ocupación militar, hasta que se dictó la ley de intervención.
El general Bartolomé Mitre escribió al doctor García, el 26 de octubre de 1893, una extensa carta. Expresaba que había condenado “la situación violenta creada en Tucumán por la intervención militar, que ha paralizado sin derecho el orden institucional de la provincia”. Decía que así se lo manifestó al ministro Quintana. “Mi reprobación al respecto fue franca y severa, y le dije que esa intervención fuera de toda regla había cerrado los caminos de un arreglo conveniente”.
Narraba a García que, en la conferencia, Quintana le dijo ”que el único amigo que tenía en Tucumán era usted, y que usted era su candidato para ministro de Relaciones Exteriores, cuya cartera va a quedar vacante”. Agregaba Mitre: “Yo le contesté que usted no aceptaría, porque debía estar justamente resentido con él por la política que respecto a su persona y su gobierno había puesto en práctica”. Le pareció que Quintana reconocía el error de “no adoptar como base de solución el funcionamiento del Colegio Electoral”. Hasta llegó a decirle que podía seguir este camino, pero Mitre opinó que era demasiado tarde. La ley de intervención ya estaba proyectada. Había que tratar ahora, decía Mitre, que esa intervención, “evitando los males que lleva aparejados, produzca por lo menos el bien posible”.