Cergio Morfil fue quien inició el rechazo de las acusaciones contra los imputados por el homicidio de Paulina Lebbos y el encubrimiento agravado. “¿A quién se encubría?”, se preguntó el abogado para cuestionar las penas que habían requerido la querella y el Ministerio Público Fiscal (MPF) en las audiencias anteriores. El defensor fue el primero en pedir la absolución de uno de los enjuiciados: Héctor Rubén Brito.
“Aplicar el derecho penal, teniendo en cuenta las pruebas directas e indirectas que hubo en este proceso, sólo lleva al fallo absolutorio”, enfatizó el letrado, con respecto a las imputaciones por encubrimiento, abuso de autoridad, coacción y falsificación de instrumentos públicos.
Morfil sostuvo cuando se hace referencia al encubrimiento se habla de “favorecer” a alguien, aunque en el juicio oral “nunca se determinó a quién” se beneficiaría. “Aquí, la pruebas se presentaron; se hicieron todos los estudios de las muestras recolectadas en el lugar; se tomaron las fotografías del sitio, que llegaron tarde pero llegaron -argumentó-. Acá, no se sabe a quién se encubrió. ¿Cuáles son las pruebas? Tampoco se conoce”, afirmó.
Según la acusación, Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte (URN) y principal autoridad policial de esa zona de la provincia, habría estado en la comisaría de Raco la noche en la que se elaboraba el acta del hallazgo del cuerpo. En ese documento se expresaba que el entonces comisario Enrique García había encontrado el cuerpo de la víctima el 11 de marzo, tras un rastrillaje en la ruta 341, en Tapia. Luego se supo que los hermanos Goitea, baquianos de la zona, habían descubierto el cadáver ese día.
Morfil aseguró que Brito no había participado en la falsificación del acta. “Cuando llega el jefe de la comisaría de Vipos y dice que el descubrimiento del cadáver había sido en su jurisdicción, Brito respondió que se debía esperar ante esa situación. Brito deja el acta en la dependencia policial y se va a dormir”, relató el abogado. El ex titular de la URN se enteró al día siguiente, cuando desayunó en la estación de servicio de Ticucho, aclaró el abogado.
“La causa no la tenía Brito. Mi cliente nunca se enteró de otra cosa que no haya sido lo de García, es decir, que García había encontrado el cuerpo”, manifestó.
Morfil insistió reiteradamente con que su cliente había declarado “todo” durante el proceso oral. “Puso todo. García le había dicho que estimaban que el cuerpo hallado era de Paulina por la bijouterie, la ropa rosa y por un tatuaje. Brito les avisa a todos que vayan. Por eso fueron todos (a la ruta 341)”, aseguró.
La querella ha venido haciendo hincapié en la “llamativa presencia” del entonces secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, de la cúpula Policial y de un sinnúmero de equipos de las dependencias de la fuerza en el sitio del descubrimiento del cuerpo.