Roberto de Jesús Palomo es un productor de granos que desarrolla su actividad en campos ubicados al Este de Tucumán, en la zona limítrofe con Santiago del Estero, definida casi como “zona marginal” por el sector. LA GACETA Rural dialogó con el agricultor sobre el avance de la trilla de granos, en este caso soja, el impacto que tiene sobre el cultivo el exceso de agua, y las perspectivas del sector a corto y mediano plazo. Transcribimos los principales conceptos que dejó durante la entrevista con el vicepresidente de Apronor (Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte).

Actualidad del cultivo: Los productores están esperando que vuelva el Sol, que se sequen los campos, para continuar con la trilla de soja. Muchos están muy angustiados porque tienen las máquinas paradas y sin poder trabajar. Además, está cayendo el precio del grano (la entrevista se realizó el martes último, a la noche); los rindes son buenos, pero hay que levantar el grano. Entre el viernes y sábado de la semana pasada, recién pude cosechar soja a las 15 horas, con una humedad del 16%, porque al amanecer estaba feo; mientras que el domingo pasado (5 de mayo) estuvo más soleado y pude extraer con un 14% de humedad, que es el límite de humedad permitida. Mientras que el lunes pasado (6 de mayo) estuvo lloviznando y la humedad fue del 14%, aproximadamente. En definitiva, cuando tengamos Sol podremos retomar la trilla. Para este sábado (hoy) pronostican que tendremos un período con varios días soleados; si así sucede, avanzaremos con los trabajos a campo.

Calidad de los lotes: Existen lotes, como los del Grupo de Madurez (GM) VI que tienen problemas de calidad, por lo que en los acopios realizan los descuentos de rigor. La soja de GM VIII no presenta problemas por el momento. Entonces, si sumamos los descuentos por humedad excesiva y el costo del secado del grano, todo esto resta valor a nuestra ecuación económica de los ingresos esperados, agregando preocupación al agricultor.

¿Levantarla o dejarla?: Creo que sí hay que levantar la soja, que esté lista. Por supuesto, la condición para ingresar al campo es que la máquina cosechadora “trague” a la planta, pero si no la “digiere”, hay que esperar que el campo se seque. Hay que esperar que salga el Sol. Además, los campos ubicados más cercanos al pedemonte tucumano son los que tienen mayores problemas de humedad: las máquinas, tractores y carros se empantanan. Para ellos, la única opción es esperar que terminen las lluvias. Además, hay que estar atentos a la aparición de malezas invernales a partir del exceso de humedad de los lotes.

Granos manchados: Sí los hay, y aparecen al momento de la trilla. Está claro que los acopios hacen descuentos por la pérdida de calidad del grano, porque para ellos la tolerancia es del 3%.

Avance de la campaña: En el Este de Tucumán, limítrofe con Santiago del Estero, hasta el martes último se había avanzado alrededor de un 40%, promedio, cuando el año pasado, a esta altura, teníamos entre un 70% y un 80%, porque el clima nos acompañaba en esos momentos; y en comparación con ese caso (2018), a esta altura de este año ya deberíamos estar terminando para el 25 de mayo.

Problemas logísticos: En el caso de los camiones, muchos fleteros se van a trabajar con caña de azúcar porque la zafra ya comenzó, generando discontinuidades en los trabajos a campo y mayores costos. En cuanto a las máquinas trilladoras, desde el sur del país -más precisamente desde Córdoba-. llegaron pocas máquinas porque allí la cosecha también se demoró; incluso, hay maquinistas que se volvieron a Córdoba y les pidieron a los agricultores tucumanos que los esperan para poder cosechar.

También hay productores que hasta el momento no levantaron ni un grano de sus lotes. En este sentido, hay agricultores que están muy desesperados.

Los mercados mundiales: El martes último los precios se recuperaron un poco, después del “tuit” que escribió Donald Trump (presidente de EEUU), advirtiendo a China que aplicará mayores aranceles a los productos originarios del país asiático que ingresan a territorio estadounidense; esto impactó y dañó a los mercados. Yo no entiendo cuál es la guerra de EEUU contra China, porque los chinos siguen comprando soja barata en el mundo. Además, los “farmer” estadounidenses están sufriendo porque China les compra menos grano, que los lleva a enfrentar problemas similares a los que los agricultores tuvimos en la Argentina con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.