Superprofesionales. Así definieron fuentes policiales y judiciales a los integrantes de una banda de “boqueteros” que también se especializaban en cometer “escruches” en empresas, negocios y viviendas de todo el NOA.
La investigación se inició luego de que el grupo cometiera un importante robo en La Banda, de Santiago del Estero. Los pesquisas de esa provincia pidieron colaboración a sus pares de la división de Delitos contra la Propiedad, ya que sospechaban que los autores eran tucumanos.
Presentaron la causa al fiscal Diego López Ávila, que se dio con la novedad de que este grupo podría estar involucrado en delitos similares que se cometieron en Santiago, Salta, Jujuy, Catamarca y esta provincia.
Un equipo integrado por David Gómez, Carlos Ruiz, Omar Ocaranza, Cristian Albornoz, Ariel Ruso, David Valor, Rodolfo del Sastre, Gerardo Bustos, Diego Ledesma y Daniel Gramoni, fue encargado de analizar toda la información que habían recibido para ubicar los domicilios donde residían los sospechosos y donde podrían guardar los elementos que utilizaban para cometer los robos.
Una vez que tuvieron todos los datos, con el apoyo de otras unidades de la fuerza, allanaron varios domicilios (uno de ellos en Laprida al 500). Bajo las órdenes de los comisarios Nicolás Toledo, René Sánchez, Daniel Robles y Jorge Dib, lograron atrapar a los supuestos líderes del grupo, identificados por sus iniciales M. M. y F. P., cordobés de nacimiento, pero radicado en la provincia desde hace mucho tiempo.
Registros fílmicos
“Los investigadores santiagueños tenían registros fílmicos de los sospechosos y ayudamos a identificarlos. Son personas con antecedentes tanto policiales como judiciales”, explicó el comisario Robles. “Incluso uno de ellos había tenido que ver con un intento de robo a una empresa financiera en diciembre pasado en la provincia. Ya son bastantes conocidos”, dijo.
Durante los allanamientos, además de más de $130.000, celulares y documentación clave, los policías secuestraron una importante cantidad de herramientas.
“Ubicamos pinzas de corte para romper candados y cadenas, un expansor hidráulico que se usa para abrir portones, puertas o ventanas; taladros para cosas más frágiles, llaves. Lo más llamativo es la ropa y los cascos que ellos utilizan justamente para simular ser empleados de otras empresas y así no levantar sospechas”, relató Robles.
El jefe de Delitos contra la Propiedad destacó el valor de las herramientas incautadas. “Sólo uno de los taladros que encontramos cuesta unos $120.000. Hay algunos objetos de más de $50.000. Demostraron que utilizan todo lo mejor del mercado para utilizar. Por ejemplo, encontramos una escalera extensible de casi dos metros, pero se reduce a 60 centímetros y así pueden esconderla en cualquier lado”, detalló.
Intercambios provinciales
Robles explicó además que enviarán datos a sus colegas de la región para que traten de establecer si fueron autores de robos en otras provincias. “Normalmente estas bandas se caracterizan por tener relaciones interprovinciales con otros delincuentes. Intercambian información y para no ser detectados, trabajan en otras provincias. Tucumanos atacan en Santiago, los santiagueños acá y así”, expresó el oficial. (Por Luciana Nadales)