El impuesto a las Ganancias sobre asalariados aumentará su carga en 2019 respecto de 2018, aunque se ubica por debajo del peso que tenía en 2015, de acuerdo con un informe elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), que depende de la Fundación Mediterránea.
El trabajo realizado con la coordinación del economista Jorge Vasconcelos, explica que para analizar el peso del Impuesto a las Ganancias se toman sueldos constantes de 2016, y se compara cómo evolucionó la presión sobre el salario bruto y el neto para trabajadores con y sin cargas de familia.
Para este año, el informe tomó en cuenta tres escenarios en función del aumento salarial que finalmente se acuerde: de 36%; 39% y 42%. “Así, se tiene que para un trabajador casado con hijos que en 2018 tuvo ingresos por $ 33.020, no hay diferencias en la presión tributaria, ya que de 2015 a 2019 la carga por Ganancias fue 0”, indicó el trabajo del Ieral. En cambio, para ingresos por $ 82.550 en 2018, hay cierta reducción de la carga, ya que ésta pasa del 14,2% en 2015 a 10,8% en 2019 (suponiendo una actualización salarial del 39%), aunque hay una leve suba respecto de 2018 cuando la incidencia fue de 9,7%”.
Según el Ieral, para un trabajador soltero sin hijos, el corte transversal muestra lo progresivo de este impuesto, ya que la carga sobre el salario bruto es este año de 0,4% para un salario que en 2018 fue de $ 33.020; de 4,5% para un sueldo que en 2018 fue de $ 49.530 y de 23,5% para un salario que en 2018 fue de $ 132.080”.
Para analizar la evolución de los salarios a través del tiempo, en la Argentina no puede excluirse el impacto del impuesto a las Ganancias, que en la última década comenzó a recaer también sobre los salarios de nivel medio, según indicó el reporte. “Es así que, según la información provista por la Jefatura de Gabinete al Congreso de la Nación, la cantidad de alcanzados por el impuesto creció el 52% entre 2015 y 2018, lo cual representa un aumento de 745.000 individuos.
Si bien actualmente, y a diferencia de lo que ocurría con la anterior administración de gobierno, existe una actualización anual automática de los parámetros que sirven para determinar el impuesto, siguiendo la evolución del Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), dado que dicho ajuste no necesariamente coincide con la evolución anual de los salarios de los trabajadores, el peso del impuesto puede variar cada año, cuando se lo mide sobre el salario. Por caso, mientras los precios minoristas aumentaron un 47,6% en 2018, el Ripte se ubicó más de 15 puntos porcentuales por debajo de ese guarismo.
“Así las cosas, si en 2019 los salarios se ajustan por arriba de lo que se mueven el mínimo no imponible y las deducciones del impuesto, la carga impositiva relativa puede subir, aún si el trabajador no aumentará su poder adquisitivo este año”, finaliza.