El debut de Mercedes Sosa en el Festival de Folclore de Cosquín -introducida en por una rebeldía de Jorge Cafrune- es uno de los momentos emblemáticos de su carrera y, como tantas veces sucede, los medios de comunicación de la época casi nada reflejaron en el momento, aunque para el público que presenció la edición 1965 del festival no pasó inadvertido.
Persiste el registro grabado del suceso. "(...) Yo me voy a atrever, porque es un atrevimiento lo que voy a hacer ahora, y voy a recibir un tirón de orejas por la comisión, pero qué le vamos a hacer, siempre he sido así, galopeador contra el viento... (...) les voy a ofrecer el canto de una mujer purísima, que no ha tenido oportunidad de darlo y que, como les digo, aunque se arme bronca, les voy a dejar con ustedes a una tucumana: Mercedes Sosa", dijo Jorge Cafrune aquel 31 de enero de 1965, en la última luna del festival, a modo de presentar a la cantora, de 29.
Sosa no era una desconocida: ya había publicado "La voz de la zafra" y "Canciones con fundamento", pero su presencia era resistida por razones políticas.
"Los de la Comisión eran gorilas", sintetizó a Télam Marián Farías Gómez, presente en aquel Cosquín ya que acababa de reemplazar a Hernán Figueroa Reyes en Los Huanca Huá, una de las formaciones más populares de la época.
El temperamento político de la organización quedó reflejado en el "minuto de recogimiento" que se realizó en aquella edición por el fallecimiento de Wiston Churchill, que había ocurrido una semana atrás.
Sola con el bombo, Mercedes ofreció la "Canción del derrumbe indio", del compositor tucumano Fernando Iramain. Los diarios no lo reflejaron. Pero el hecho no fue ignorado por el sello Philips, que la contrató para grabar su tercer disco.
"Yo estuve ahí y lo que hay que recordar es que Cafrune se jugó entero para que nuestro pueblo escuchara por primera vez en el escenario más importante 'de aquella época' a la voz mayor de nuestro cancionero", recordó Farías Gómez.