Desde hace tiempo, los taxistas se han convertido en el blanco preferido de los delincuentes. En la madrugada del domingo 29 de septiembre, un chofer, de 39 años, fue asesinado en la avenida Papa Francisco al 1.300, en la salida sur de San Miguel de Tucumán. El crimen motivó una importante manifestación de los choferes el martes en la plaza Independencia para pedir pedirles seguridad a las autoridades.

El cuerpo de la víctima fue hallado al volante del Fiat Uno, estacionado al costado de la avenida, en una zona poblada por lavaderos de autos. Por el hecho, está detenida una mujer que dio dos versiones diferentes sobre el asunto.

Acerca de los ataques, el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis afirmó que diariamente se registran entre de 20 y 30 casos delictivos contra los choferes. “Estamos en una situación complicada. Necesitamos más seguridad. Queremos que un agente nos acompañe cuando recorremos zonas rojas”, dijo. Un dirigente de la asociación de taxistas Atiat aseveró que de 100 asaltos solo se denuncian 10 y padecen alrededor de 40 robos por día. “Solicitamos que haya controles, prevención del delito. Queremos que cese la persecución sobre los taximetreros por la Policía, porque secuestra autos y el tema se centra en el taxista y no en el ladrón. Muchas veces estamos trabajando con turistas y nos hacen bajarlos”, indicó. Mañana, los taxistas tendrán una nueva reunión con el ministro de Seguridad.

Este es un problema que viene de años atrás y se ha profundizado, como consecuencia del avance del delito, la violencia y la droga. En mayo de 2013, los taxistas bloquearon la plaza Independencia para protestar por la muerte de un colega, cuyo cuerpo había sido hallado maniatado en un cañaveral de Los Ralos con tres puñaladas en el cuello. En la ocasión, tras reunirse con el ministro de Seguridad y el jefe de Policía, un dirigente gremial dijo que les habían prometido que en pocos días llegarían a la provincia más motos y autos para la Policía, que se sumarían a la vigilancia. Según su relato, les pidieron a los taxistas que avisaran cuando en las zonas rojas no hubiera una guardia policial y se había analizado la posibilidad de que en todos los vehículos se instalara el botón antipánico.

En nuestra edición del 2 de agosto de 2015, dedicamos un espacio a esta problemática ciudadana. Un relevamiento entre los taxistas reveló que Villa 9 de Julio, La Costanera, los barrios de Jujuy al 4.000, “La Bombilla”; “El Sifón”; “El Trula”; la zona del Mercofrut; la zona de Italia y Ejército del Norte y los alrededores de Mate de Luna al 3.000 se hallaban entre las zonas más peligrosas para desarrollar su trabajo.

Tal vez la instalación del botón antipánico en todos los vehículos pueda ser una herramienta útil, pero hasta cierto punto porque permite actuar una vez ocurrido el asalto; pueden pasar varios minutos hasta que un móvil policial acuda al lugar del hecho. Quizás podría diseñarse una aplicación o una radio en red que permitiera a través del GPS seguir el itinerario de un taxista cuando este advierta que ha levantado a un  pasajero sospechoso o le den un destino peligroso. Se supone además que la Policía conoce bien las zonas rojas de la ciudad, de manera que podría reforzar la vigilancia, especialmente durante la noche. La autoridad y los choferes deberían encontrar un mecanismo que esté más dirigido hacia la prevención, que es el mejor modo de proteger una vida.