No sólo la legalización del aborto abre un nuevo frente de conflicto entre el Gobierno nacional y la Iglesia. También se vislumbran tensiones alrededor del debate sobre la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).
Hoy, la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (Cevilaf) de la Conferencia Episcopal Argentina, se pronunció sobre los proyectos de ley que pretenden modificar la Ley 26.150, acerca de la Educación Sexual Integral en la Argentina.
“Recordamos lo dicho en el documento 'Sí a la educación sexual': Estamos convencidos de que debemos dar nuevos pasos para fortalecer la educación sexual en el ámbito intrafamiliar y escolar. Se trata de una educación sexual positiva, progresiva e interdisciplinar, como nos recuerda también la enseñanza de la Iglesia. Sólo una buena educación permite tomar decisiones libres y responsables”, afirmaron en el texto.
“La escuela pública en general y la católica en particular, pueden apoyar la insustituible tarea y derecho que tienen los padres a la educación sexual de sus hijos e hijas, con elementos teóricos, científicos y pedagógicos, aprovechando el hecho de que los niños, niñas y adolescentes pasan mucho tiempo en las instituciones educativas. Sin embargo, es muy importante que los chicos y chicas reciban en la escuela un mensaje coherente, alineado, complementario, respecto de aquel que reciben en el hogar. En ese sentido, la educación sexual integral debe respetar la libertad religiosa de las instituciones, y la libertad de conciencia, derecho sagrado e inalienable que debe ser siempre custodiado”, se advierte.
También citaron el reciente documento "El Dios de la Vida y el Amor Humano". "Allí hemos afirmado que en el campo de la legislación educativa hace falta respetar la libertad, ante todo de los padres y también de las comunidades e instituciones específicas, propias de sociedades pluralistas”, se precisa.
“Si no hay libertad, se cierra la puerta al diálogo y al enriquecimiento recíproco, y se la abre a las ideas intransigentes y conductas rígidas, que deshumanizan y empobrecen tanto a los jóvenes como a los adultos, privándolos de vivir toda la belleza de la vida y el amor humano”, sostienen.
El rol de los padres, según la Comisión que abordó el análisis de la Educación Sexual, es insustituible: "Recordamos que son los padres los primeros educadores de sus hijos, y que a la escuela y al Estado le corresponde un papel subsidiario en esa tarea. Para todos debe ser una norma fundamental el respeto a las propias realidades, principios, valores, opciones y convicciones”.