Llegó a La Ciudadela con el torneo ya iniciado para suplir la baja por lesión del juvenil Juan Orellana. Necesitó sólo un puñado de juegos para transformarse en una pieza importante en la última línea del equipo; y hoy, mientras decora sus buenas actuaciones con goles que se traducen en puntos para el “Santo”, Emiliano Amor luce casi a la par de un referente del grupo; aunque su bajo perfil trate de eludir esa virtud.
En Tandil, el zaguero nacido futbolísticamente en Vélez marcó su segundo tanto en menos de 10 días. “No sé qué estoy haciendo tan seguido arriba”, ríe con ganas el defensor que en pocos días mejoró notablemente su efectividad en el arco rival. “Antes de llegar a San Martín tenía cinco goles en mi carrera. Ojo, ya tengo siete. Le dije a ‘Lucho’ (Luciano Pons) que se cuide porque quizás lo alcanzo. No es tan difícil, eh; sólo tengo que poner el pie y empujar la pelota jajaja”, agrega “Emi”.
La buena onda es moneda corriente en el complejo “Natalio Mirkin”. El interesantísimo presente que muestra el equipo de Favio Orsi y Sergio Gómez hace que sus futbolistas no guarden sus sonrisas. “Estamos muy contentos”, acepta el defensor, uno de los hacedores de la gran victoria del pasado lunes ante Santamarina, que se hizo posible gracias a la enorme ayuda de los integrantes de la última línea. “Es raro que tres defensores hayamos marcado los tres goles; la verdad fue increíble. Pero todo esto es un trabajo de todo el equipo porque si ‘Lucho’ no comienza a presionar arriba, a nosotros nos cuesta mucho más atrás. Este es un equipo muy solidario, que tiene las ideas claras y que lo viene demostrando partido a partido”, asegura.
En Tandil, con hinchada propia, Amor indicó el camino de la victoria. “Fue lindo haber marcado otro gol; y mucho más porque estuvieron mi papá y mi mamá en la cancha. Fueron a verme desde CABA y pude dedicarles el gol”, explica detalles de una noche redondita.
Instituto y Gimnasia de Mendoza aparecen como dos escollos difíciles antes de darle el cierre a una primera mitad del torneo realmente muy productiva para el “Santo”. Por eso, el zaguero pide no bajar la guardia justo en el cierre. “Hay que seguir jugando cada duelo como si fuera una final. Queremos seguir arriba y, si es posible, estirar la ventaja que tenemos con nuestros seguidores. Hay que hacer una reserva para cuando la mano venga complicada”, pide el defensor, que para los hinchas fue casi un “amor” a primera vista.