No por nada, Jonathan Cabral es el jugador que más partidos tiene en la era de Ricardo Zielinski en Atlético: en total, disputó 80 de los 100 partidos que cumplió el entrenador ayer. Es que se trata de un gran defensor que sabe usar los pies. Sin embargo, sus expulsiones no solo se repiten sino que suele protagonizarlas con un nivel de ira importante.
Obviamente Rodrigo Salinas hizo su parte, es más, el defensor se fue con una herida en la frente. Pero después de ver la roja, Cabral invitó a pelear al jugador de Newell’s y obligó a sus compañeros y el cuerpo técnico a gastar las únicas energías que quedaban en meterlo al vestuario para evitar que cometa una locura.
La de ayer fue la cuarta expulsión en Atlético y obligará a un replanteo de su parte. La primera fue en 2017, ante Independiente por la Copa Sudamericana. El equipo estaba quedando eliminado y el defensor se trenzó con Martín Campaña y el árbitro. Recibió tres fechas de suspensión por su comportamiento.
En febrero de este año, le asestó un codazo a un jugador de Patronato a principios de año. Ante Tigre, en mayo, le pegó un pelotazo a un jugador de Tigre cuando estaba en el piso. Nuevamente recibió tres fechas de suspensión.
Habrá que ver cuántas fechas recibe ahora luego de estos episodios, teniendo en cuenta que la reincidencia no es “apreciada” por el tribunal de penas.
“Son cosas que pasan. Me equivoqué y me tengo que hacer responsable. Fue un momento de calentura, pero ya cumplí la sanción y estoy listo y disponible”, había dicho a principios de torneo, antes de poder jugar y luego de cumplir las tres fechas de suspensión que le tocó cumplir.
“Por ahí con el ‘Profe’ nos íbamos cargando porque me decía que era la pretemporada más larga que tuve”, bromeó en ese momento porque debió cumplir la sanción en los primeros partidos. Parece increíble pero ahora deberá enfrentar lo mismo.
Cabral, un jugador tan importante como descontrolado.