He querido volver
sólo para cantar
canciones queridas,
¡ay, mi paloma, toda la vida!
Mis cerros... mis valles...
¡tierras del bello Tucumán!
La última estrofa de la “Zamba del regreso”, que compuso hace décadas el porteño Sergio H. Villar, pone en palabras un concepto al que nos atrevemos a agregar “sólo para cantar y bailar”. De esa manera se expresa poéticamente la intención de la delegación oficial de Tucumán que subirá esta noche al escenario Atahualpa Yupanqui. El espectáculo le contará al país cómo somos “Nosotros los tucumanos”, nada menos que en la apertura del 60° Festival Nacional de Folklore de Cosquín, en Córdoba, en horario de televisación nacional por la TV Pública.
Hace mucho que no se escucha la hermosa zamba de Villar, una de las piezas elegidas para el espectáculo de “canciones queridas” que se tocan, se cantan y se bailan desde el corazón tucumano.
Una canto de amor
“Nos propusimos hacer una oda a Tucumán, un canto de amor, con un ensamble de músicos destacados. Pretendimos que fuera bien tradicional, con un ballet de trayectoria y disciplina como El Zafrero, con quienes vamos a estar bien representados a través de zambas, chacareras, gatos y escondidos. El concepto del desarrollo escénico es contemporáneo. Es un espectáculo tradicional atravesado por la contemporaneidad”, explicó a LA GACETA Luis Manuel de Armas Dorado, el director artístico de la puesta en escena, en el ensayo general realizado en el Espacio Cultural Don Bosco.
Visibles en escena estarán 14 músicos y cantantes y unos 40 bailarines; a ellos se sumará el apoyo técnico y asistentes para terminar conformando un contingente de 70 integrantes.
Potentes y bien expresivas serán las voces: Adriana Tula y Mica Flores sonarán en primer plano, junto a las de Yuca Córdoba, Jorge Soler y Jorge Escobar (Dúo Tafinando), Leandro Robín, Poly Argañaraz y Claudio Balzaretti.
Detrás de ellos los instrumentistas completarán la música bien tucumana: María José de Mari en violín; Marta Lafuente en percusión; Ramón Leiva en guitarra, vientos, voz en canto y en recitados; Víctor Juárez en bandoneón; Rony López en bajo y Francis Moreno en piano.
El elenco exhibe consignas de selección: pluralidad, al mezclar artistas de larga trayectoria con jóvenes; territorialidad y pertenencia, porque provienen de distintos puntos de la provincia. Y algo muy importante a semanas de haberse sancionado la ley de cupo femenino, que marca un mínimo de 30% de participación de mujeres. Hasta ahora, en Cosquín ya habían participado cantoras tucumanas; esta vez la novedad es que hay dos instrumentistas mujeres, con lo que se cumple el cupo. A Armas Dorado se suman, en la dirección musical, Moreno y Federico Grellet. Pablo Sánchez dirige el Ballet El Zafrero con coreografía de Marcelo Sánchez; mientras que Carlos Moreno realiza los audiovisuales.
Todo empezará con el golpe profundo del bombo, que romperá el silencio y le dará sostén a la voz grave del “Negro” Leiva en el recitado; ahí nomás saldrá la que el país espera, la “Luna tucumana”.
La pasión, la enjundia incontenible y, al mismo tiempo, el dominio y la gracia, con emoción controlada, se sintieron en el pecho durante el ensayo clave. Hoy, alrededor de la medianoche, esas sensaciones se multiplicarán por miles y por toda la Argentina.
Artistas de nuestra provincia
De urgencia.- “El lunes a la noche me operaron de apendicitis de urgencia. El médico me autorizó a viajar. Antes de entrar al quirófano avisé, llorando, que hace 15 años vengo peleando por ir a Cosquín (actué con Sergio Galleguillo tres veces, pero no es lo mismo que ir con la delegación que lleva las banderas tucumanas)”. Leandro Robín, cantor.
Esencia de la tucumanía.- “Recito al comienzo. Es una gran responsabilidad, un honor y un placer compartir esta historia con los cantores populares. Es un río de sangre que viaja al patio de la casa de los padres, de los abuelos; esencia de la tucumanía y la impronta de este trabajo. Recito tres coplas de Salvador Chaila, de Leales, y una de José Augusto Moreno”. Ramón Leiva.
Expectativa y entusiasmo.- “Canté en Cosquín durante cinco años hasta 2014. Esta es mi vuelta, con expectativa y entusiasmo. Con Mica Flores cantamos dos zambas y una chacarera. La ‘Zamba del regreso’, ‘Romance de la luna tucumana’ y ‘A pura ushuta’, más coros con los chicos”. Adriana Tula, cantora.
Un cambio grande.- “Canto con Yuca Córdoba ‘La tristecita’ y con Leandro Robín ‘La tucumanita’. Esta es mi quinta vez en ese escenario. Es una delegación que representa toda la provincia, hay un cambio grande”. Claudio Balzaretti, cantor.
maravilloso.- “Participé en Cosquín seis veces, pero esta vez es muy especial porque voy con la delegación; es maravilloso porque participo como cantante y como compositor. Es muy importante porque el espectáculo lleva el nombre de mi chacarera, ‘Nosotros los tucumanos’, que marca el cierre. Creo que va a ser trascendente”. Yuca Córdoba, cantor y compositor.
La percusionista.- “Este es mi primer Cosquín, voy con muchos nervios, pero con emoción y con muchas ganas de representar a Tucumán y a las mujeres en el escenario”. Marta Lafuente, percusión, flauta y sikus.
Al bailar la zamba.- “Es una emoción muy grande haber sido convocados, y un orgullo que mi hijo Marcelo Sánchez haya hecho la coreografía. Hemos trabajado con la idea de no perder la esencia y de destacar la identidad tucumana al bailar la zamba”. Pablo Sánchez, director del Ballet El Zafrero.