Esta semana se irán reabriendo las iglesias en casi todo el país, según lo autorizó el Gobierno Nacional. Así lo harán Salta, Jujuy, Córdoba, Santa Fe, Catamarca y otras, a excepción de Tucumán. Aquí monseñor Carlos Alberto Sánchez decidió acatar la recomendación de las autoridades sanitarias de la provincia, que desaconsejan la reapertura de los templos por temor a que los fieles acudan masivamente a las iglesias, teniendo en cuenta que Tucumán es una de las provincias con más católicos practicantes en el país.
“Pero también porque Tucumán todavía espera el ingreso de entre 1.000 y 1.500 obreros temporarios desde otras provincias y entre 150 y 200 viajeros que vienen de otros países”, explicó el doctor Luis A. Medina Ruiz, secretario ejecutivo médico del Siprosa. “En Tucumán tenemos hasta ahora 42 pacientes positivos, 34 vinieron del exterior y ocho se contagiaron por contacto directo. Nos preocupa que hay mucho movimiento en las calles y la apertura de las fronteras de Tucumán y de Argentina. Durante dos semanas van a seguir llegando personas que pueden haber estado en contacto con el virus”, advierte.
“Nuestro temor es perder todo lo que hemos conseguido hasta ahora. Si el virus ingresa a la provincia volvemos para atrás, con el agravante de que a las iglesias concurren muchas personas mayores. Sabemos del dolor y de la necesidad que hay en la gente de volver a la iglesia. Y lo digo como católico. Pero no queremos correr riesgo. Si en estas dos semanas no hay cambios ni contagios a nivel comunitario vamos a poder permitir la apertura de los templos sin peligro”, confió a LA GACETA. Ayer los obispos de Tucumán fueron notificados por el Ministerio de Salud con la recomendación de que no se abran los templos e iglesias “por lo menos hasta el próximo 24 del corriente, día en que se evaluará la conducta a seguir tanto a nivel nacional como provincial”, dice la nota que les enviaron. Se cursaron cartas del mismo tenor a los pastores de distintos credos. De inmediato monseñor Sánchez y el obispo de Concepción, monseñor Melitón Chávez, anunciaron a la feligresía que de momento mantendrán los templos cerrados y seguirán las directivas de las autoridades sanitarias.
Mientras tanto, el legislador Walter Berarducci, con apoyo de su par Raúl Albarracín, presentó un proyecto de protocolo de bioseguridad para aplicar en las iglesias. Hasta ahora el Gobierno nacional autorizó a abrir los templos pero solo para “prestar asistencia espiritual a los fieles y propiciar los rezos individuales”. No se podrán oficiar misa con fieles por el momento. Esto es lo que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, les comunicó a las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina.
Desde entonces cada obispo acordó con sus gobernantes. En Chaco, el gobernador, Jorge Capitanich, decidió que se podrán celebrar “misas, reuniones y congregaciones a nivel religioso que no sobrepasen el 33% de la capacidad del lugar. Sin contacto físico y con uso obligatorio del barbijo”.
En Jujuy el gobernador, Gerarso Morales, aclaró que las iglesias que abran seguirán oficiando misas “de manera virtual”. Pero que cuando se flexibilice la cuarentena “la actividad se enmarcará dentro de las restricciones de terminación del documento que se conocerán en los próximos días.