“Los mercados de nichos en alimentos constituyen interesantes oportunidades de negocios para los productores agrícolas eficientes. Los argentinos, incluso, podrían aprovecharlos más, porque cuentan con ventajas naturales y se ubican entre los más eficientes del mundo. Entre estos mercados está el de los productos orgánicos que, entre otros, abarcan alimentos y bebidas”, dijo Arquímedes Carrizo.

Los proyectos orgánicos requieren muy poca inversión de capital físico adicional, para un productor en marcha, pero exigen una importante inversión en conocimientos de los aspectos productivos para cumplir con las normas orgánicas, logística, calidad y seguridad alimentaria y comercial.

Explicó que un proyecto orgánico permite que una PYME o una microempresas participen de un mercado de rentabilidad mayor, con muchas posibilidades de éxito y crecimiento. Y seguidamente enumeró algunas ventajas.

• Las regulaciones orgánicas exigen que los productores lleven registros y trazabilidad de sus actividades productivas; que accedan a nuevas prácticas culturales y que integren mercados más complejos.

• El Gobierno nacional y los de varias provincias brindan apoyo técnico y económico, para la obtención de las certificaciones que estos mercados ameritan. También facilitan la participación de los productores en ferias internacionales, donde se puede contactar directamente a la demanda final.

• Los proyectos orgánicos son de largo plazo, lo que exige una decisión debidamente meditada y profesional, en cuanto a los recursos a aplicar como así también a los esquemas empresariales a usar.

• En general los productos orgánicos tienen un precio mayor a los convencionales, con porcentajes que oscilan de un 30% al 150%.

• Los costos de producción al inicio de los proyectos son más altos que los de producciones convencionales, pero pronto se mejoran las técnicas de operación e insumos usados, lo que hace que se reduzcan sensiblemente.

• Los cambios de precios de los productos orgánicos no son tan pronunciados como los de los productos convencionales, sino más estables. Esta es una ventaja muy importante en un negocio agrícola.

• Un reciente informe del Rodales Institute (Estados Unidos) concluyó que los rindes orgánicos alcanzan a los convencionales; ante sequías, la producción supera a la convencional; el cultivo orgánico incorpora en vez de quitar material orgánico; la agricultura orgánica usa 45% de energía; la producción convencional produce un 40% más de gases de efecto invernadero, y el cultivo orgánico es más rentable que el convencional.

Estrategia definida

Para hacer efectivas estas ventajas un proyecto orgánico debe tener muy definida su estrategia comercial desde el inicio, ya que el productor se enfrenta a un mercado diferente. En especial, los pequeños y medianos productores deben buscar apoyo de traders especializados en estos mercados o socios foráneos, mediante acuerdos de mediano y de largo plazo.

El mercado de productos orgánicos es uno de los más dinámicos en crecimiento durante este siglo. En 2017 alcanzó un volumen de ventas de U$S 97.000 millones a nivel mundial, y entre 1999 y 2017 creció el 538%.

El grueso de la demanda se concentra en los países desarrollados. Los mercados de EEUU y de la Unión Europea concentran más del 80 % de la demanda. Pero los de Medio y de Lejano Oriente, de Canadá, de Rusia, de Australia, de Corea y de Taiwán, entre otros, muestran un importante crecimiento en los últimos años.

Para tener una magnitud del desarrollo de estas producciones y mercados, vale mencionar que en 1999 el área de campos destinados a la producción orgánica, en el mundo, era de 11 millones de ha. Para 2017 esta superficie creció a casi 70 millones de ha; es decir, el 435,45%. Sumando las otras áreas certificadas -acuacultura, recolección silvestre de frutos o alimentos como la miel-, el área total se eleva a 111,15 millones de ha.

Puertas adentro

En la Argentina, el área destinada a la producción orgánica, tanto vegetal como animal, alcanzó las 3,63 millones de ha el año pasado. Durante ese período, el volumen de exportación de productos orgánicos vegetales del país llegó a casi U$S 154 millones, lo que significó un caída de un 7% respecto de 2018. Pero esto se debió a problemas macroeconómicos internos, no a falta de demanda externa.

La producción orgánica argentina se destina a mercados externos en casi su totalidad; en especial, a EEUU y a la Unión Europea.

En la comarca

En 2011, Tucumán contaba con 14 productores orgánicos registrados, que ocupaban poco más de 10.000 ha. El año pasado, los productores locales registrados aumentaron a 43, y la superficie se duplicó.

Hasta el momento la mayor parte de los emprendimientos locales están concentrados en PYME, y muy pocos, en productores pequeños. El número de productores orgánicos en el mundo llegan a sumar casi 3 millones, con muchas microempresas.

Podemos concluir que nuestro país -y, por ende, nuestra provincia- puede tener un rol más que relevante en este mercado. Para ello requiere, sin embargo, contar con un tipo de cambio de mercado, con una menor presión impositiva y con acceso a financiamiento a costos del mercado internacional.

Si esto no sucede resultará muy difícil prever inversiones en nuevos proyectos que aumenten significativamente la producción actual.