Mayo y junio de 1931 fueron un hervidero para el fútbol argentino y también para el tucumano. Se estaba debatiendo un cambio fundamental para el balompié: el profesionalismo. Con este cambio los jugadores comenzaron a cobrar por jugar. Durante la década anterior se había desarrollado un pseudo amateurismo, ya que los “futbolers” eran contratados en empresas de los dirigentes y de allí salían sus sueldos. Eso cambió el 9 de mayo cuando se firmó el acta que conformaba la Liga profesional, cuyo torneo comenzó el 31 del mismo mes con 16 equipos.
En nuestra provincia, para ese momento se estaba desarrollando el torneo anual y los cambios ocurrieron más adelante, aunque el debate estaba presente en todos los equipos. Quizás valga el recuerdo de que por entonces se acercó a nuestro diario don José Fierro, que estaba en contra del profesionalismo. En la fotografía se puede ver al primer equipo de Atlético Tucumán.
Nuestra crónica del 1 de junio de 1931 reseñaba: “hace 28 años justos, puesto que fue en el mes de mayo, los ‘once decanos’ del primer team posando para la posteridad con la compañía del que ya era el líder atletiquense, don José Fierro, quien aparece luciendo su impecable ‘pavita’ gris, una regia flor en el ojal y vistiendo pantalón blanco largo, quizás para actuar de referee”. En otra parte del artículo el cronista señala: “esta es la escuadra de primera división del club Atlético Tucumán allá por el mes de mayo de 1903. Entonces no se sabía qué era profesionalismo. Pero es seguro que el primero que hubiera osado hablar de paga por un match de fútbol, hubiera ido a la cárcel toda la vida. Eso era sport. ¡Tiempos hermosos!”.
En la crónica se consignan los nombres de las figuras que aparecen en la foto. De izquierda a derecha, parados estaban Agenor Albornoz (de sombrero y bigote); a continuación los jugadores: N. Montenegro, León Chevalier, Lucio Cisneros, Manuel Figueredo Iramain, Valois Martínez y José Fanjul. El último de la derecha era José Fierro y su característico “look”. Pasando a los sentados se ubicaban desde la izquierda: Bernabé Goya, José Villa, Alejo C. García, P. Rodolfi y Armando Paladini.
“Habían sido cochinos”
Unos meses atrás relatamos que un conjunto de jugadores tucumanos fue a Salta a jugar, allá por 1904. Según el relato: “jugábase en Salta el primer encuentro interprovincial entre un cuadro de esa y nuestro viejo Atlético. Vestían los salteños camiseta celeste, muy holgada, y amplios y largos pantalones de franela blanca, ajustados en los tobillos. Los nuestros, el mismo uniforme de ahora, con la sola variante de la camiseta”. La descripción de la vestimenta es clave porque los tucumanos llamaron la atención y quizás algunos de los protagonistas de esta anécdota hayan sido los que ahora podemos ver en esta foto histórica de 1903. En cuanto a lo que pasaba en Salta, se informaba: “los de Atlético no salían al field. La muchedumbre se impacientaba; las niñas salteñas, simpáticas e irresistibles, agitaban nerviosamente sus abanicos”. El escenario estaba dispuesto, el público atento y expectante al ingreso de los visitantes. De pronto aparecen “los nuestros, cohibidos, tímidos”. Aquí el relato se vuelca hacia el tema que llamó la atención. “Verles la indumentaria y gritar en son de protesta, todo fue uno. Claro, allí estaban estos muchachos, nervudos y fuertes, desnudas las rodillas y plenamente visibles, las canillas hirsutas”. Esta era la clave del tema, los tucumanos aparecieron de pantalones cortos mostrando su piernas en plenitud, cosa que llamó la atención del público. Este hecho cambió el ánimo de las muchachas que presenciaban el match hacia los visitantes. “Una de las simpáticas espectadoras no pudo menos que erguirse en su palco y sintetizar su juicio en estas breves palabras: ‘habían sido cochinos’”.
En la reproducción podemos ver que algunos de los jugadores usan pantalones largos y otros, bermudas. Varios llevaban una especie de faja que los asemejaba a los jugadores de pelota vasca. En cuanto al color de la camisa y su formato es difícil determinarlo. Parecieran ser de un solo color, quizás celestes o blancas. Pero de los famosos listones verticales no parece haber aún noticias. El valor de esta imagen está dado más por los personajes en sí que por el atuendo deportivo de los muchachos.
La casaca de 1906
En 1933, apenas dos años más tarde, apareció otra foto del equipo decano en sus tiempos primigenios. El Anual del 33 fue para los “gallegos” de All Boys. No obstante ello, la dirigencia decana quería recordar viejas épocas y decidió desempolvar una de las primeras casacas con la que jugaban los albicelestes, allá por 1906. Era una camisa dividida a mitades verticales azul y blanca, con bolsillos en colores contrarios. Esa “camiseta vintage” fue usada en el Torneo de Honor que se jugó en 1933, que coronó campeón al conjunto de Bomberos.
La crónica que anunciaba el inicio del certamen de honor decía: “La escuadra del Club Atlético Tucumán de hace 27 años lucía las célebres casacas azul y blanca que la actual comisión directiva ha querido restaurar en el escenario futbolístico local. Integraban el equipo 1) Carlos Hermanson, 2) Daniel Villa, 3) Miguel Montenegro, 4) Cesáreo Fanjul, 5) L. Jacobs, 6) Cecil Hill, 7) J. A. H. Beaumont, 8) Claudio Hill, 9) A. F. C. Wilcox, 10) Manuel Reinoso Gallo y 11) Armando Paladini. Este era el epígrafe que acompañaba la foto titulada “¡Velay! Las casacas “decanas” del año 1906”. Abajo se puede ver una imagen del encuentro entre Atlético y Central Norte por el Torneo de Honor. El jugador decano, en segundo plano, usa la antigua camisa reactivada para la ocasión.
El rugby
El primer antecedente de un encuentro de rugby se remonta al 21 de setiembre de 1924 cuando se disputó la copa que llevaba la leyenda “The River Plate Rugby Union Championside. 1899”. Ese grabado identificaba la entidad que regía los destinos del rugby en país y el año en que se instituyó. El certamen fue organizado por Atlético Tucumán en el marco de una serie de actividades deportivas que incluyeron, además, encuentros de fútbol y de atletismo.
El partido puso frente a frente al Club Atlético San Isidro y a un combinado de jugadores de Gimnasia y Esgrima, y de Club Universitario de Buenos Aires. Aquel match se llevó adelante en el Monumental decano y terminó 16 a 13 en favor de los de San Isidro. El segundo partido, que enfrentó a los mismos contendientes, también fue favorable para los sanisidrenses por 29 a 8.