Río de Janeiro, la segunda ciudad más afectada por la pandemia de la covid-19 en Brasil, con una tasa de mortalidad tres veces superior a la media del país, autorizó la reapertura de restaurantes, de bares y de gimnasios.

Por medio de esta política de relajación de las medidas de confinamiento las autoridades buscan hacer frente a las consecuencias de las decisiones implementadas para mitigar la propagación del nuevo coronavirus, reactivar la economía y revertir la abrupta caída en el nivel del empleo en Río.

El municipio registra una población de 6,32 millones de habitantes y la tasa de mortalidad por la covid-19 en los últimos cuatro meses fue de 104,7 por cada 100.000 habitantes; es decir, un poco más de tres veces el promedio del país, que es de 29 por 100.000 habitantes.

"Espero que no tengamos una recaída y que no tengamos que volver atrás. Pero la economía sufrió un impacto enorme y estamos con un nivel de desempleo gigantesco", afirmó el alcalde Marcelo Crivella, quien aspira a ser reelegido en las elecciones de noviembre.

Según el funcionario, las medidas tomadas para mitigar la pandemia profundizaron las deudas de las cuentas públicas del municipio. "La previsión es que la recaudación tributaria se reduzca en unos 2.000 millones de reales (U$S 377,4 millones) debido a la pandemia; y Río ya viene de una tragedia que fue la cuenta que nos dejaron por los Juegos Olímpicos de 2016. En los últimos años tuvimos que pagar 6.000 millones de reales (unos U$S 1.132 millones) por cuentas atrasadas", explicó Crivella.

A pesar de que Río de Janeiro es la segunda ciudad más afectada de Brasil, los contagios y muertes se mantienen estables hace una semana, lejos del colapso del sistema hospitalario y de las cifras registradas en el pico de contagios de mayo.

Esta nueva medida que pone en funcionamiento restaurantes, bares y gimnasios, con horarios restringidos, mesas distanciadas y exigentes medidas sanitarias, se suma a la actividad de centros comerciales, locales a la calle, concesionarias de autos y deportes en las playas.

Además, es la única ciudad en toda Sudamérica que ya autorizó el campeonato profesional de fútbol y tiene previsto abrir los estadios al público el póximo viernes 10. (Télam)