En los libros de geografía, o en las referencias que se encuentran en la web, a Tucumán suele identificársela como la provincia de clima cálido subtropical con estación seca, con temperaturas templadas en otoño o en invierno, en función de las variaciones de altitud. Con algunas variantes se podría afirmar que gran parte del NOA, en sus sectores llanos, responde a esa característica. Pero hace 10 años, entre el viernes 16 y el domingo 18 de julio, la población se dio con un fenómeno natural excepcional, bastante lejano al estándar climático: una nevada que incluso llegó a zonas que nunca antes habían experimentado algo así. Claro, también hubo lluvia y muchísimo frío.
Para sumarle más color a la situación, la nieve llegó un fin de semana. Por consecuencia, había una agenda deportiva por cumplir. Las páginas de LA GACETA decían que debía efectuarse, en Tucumán, una fecha del Campeonato Argentino de rally, que habría turf, fútbol de la Liga Tucumana, golf, rugby y hockey. En estos últimos casos, con presentaciones de nuestros equipos en Salta y en Santiago del Estero. Títulos tales como “calentaron la garganta con goles”, “tapados por la nieve”, “la otra cara del invierno” se pudieron leer.
Los “grandes” del fútbol estaban de pretemporada. Atlético preveía un amistoso con Gimnasia y Tiro en tierras salteñas, pero el manto blanco que había en la cancha impidió el juego (ver detalles aparte). San Martín (dirigido por Carlos Roldán) tenía un amistoso con Central Córdoba de Santiago del Estero, pero el encuentro se canceló; a cambio, el equipo se entrenó en un lugar cerrado.
Los que más “sufrieron” la situación fueron los fanáticos del rally. Pero al que quiera celeste… La habitualmente masiva expresión deportiva, con multitudes que se trasladan a los caminos, entregó una obligada versión acotada. Había una etapa en el cerro San Javier que se canceló, no sólo por la nevada, sino porque el pavimento estaba congelado. Parecía que toda la programación se suspendería, pero se hizo un grandísimo esfuerzo y se pudo sacar adelante. Pero, a las dificultades del “durante”, habría que sumarles las del “antes”. A saber…
Según la crónica de aquella carrera, esa fecha debía efectuarse a principios de junio, organizada por el Auto Club Concepción. No apareció apoyo económico, se estuvo a punto de perderla definitivamente, pero surgió un inédito acuerdo entre dirigentes y pilotos. Se convino correr en julio. Pero ese mismo fin de semana se presentaba el TC 2000 en Las Termas. Hubo que negociar para no neutralizar la convocatoria de cada espectáculo nacional a poca distancia entre sí. Entonces, el rally pasó a concretarse de jueves a sábado.
¡Pero llegó la nieve!
Lo intransitable de los caminos obligó a que fueran desechados, uno por uno. Así, sólo se corrió en tramos de El Timbó y Ticucho, donde el piso era firme. Se sugirió a los comisarios deportivos hacer cinco pasadas para lograr un kilometraje que otorgara un porcentaje de los puntos. Aquella carrera no sólo los daba por el Campeonato Argentino, sino también por el Tucumano. Resultado: autos lanzados a toda velocidad por caminos pesados y paisajes nevados.
La historia dice que la competencia del Nacional fue ganada por el cordobés Marcos Ligato (en un Mitsubishi Evo IX). Y que un tucumano, Juan José Gil de Marchi (acompañado por Mauro Albornoz en un Mitsubishi) se impuso en la clase N-4 light, luego de un vibrante duelo con Tomás García Hamilton, que abandonó a causa de problemas mecánicos a tres kilómetros de la meta.
En fin, el hombre y sus circunstancias. En este caso, con deportes complicados por un fenómeno natural. Quién hubiera pensado que, 10 años después, una pandemia le estaría dando un escenario también fuera de lo común, aunque ese es otro tema.