WASHINGTON, Estados Unidos.- En los seis meses que pasaron desde que la pandemia de coronavirus desembarcó en Estados Unidos, Joe Biden pasó de ser un candidato flojo e incapaz de despertar emociones a ser la única opción para enfrentar una posible reelección de Donald Trump a la presidencia.
La pandemia de coronavirus desnudó el racismo en el país y abrió lo que se perfila como una depresión económica histórica. Ambas cosas representan un enorme desafío para quien ocupe la Casa Blanca tras los comicios del 3 de noviembre, señala un artículo de la cadena BBC.
La decisión de Biden de nombrar a la senadora por California Kamala Harris como su número dos -la primera mujer negra candidata a la vicepresidencia en la historia del país- forma parte de esos cambios.
Biden, que fue vicepresidente de Barack Obama, apuesta ahora a restaurar algunas de esas políticas, como las alianzas internacionales, medidas para la clase media, protección ambiental y el acceso a la salud.
Las principales propuestas del rival de Trump se exponen en la Convención Nacional Demócrata, el evento de cuatro días, que empezó el lunes y al final del cual los delegados formalizarán la candidatura de Biden y Harris.
Para abordar el desafío más inmediato y obvio que enfrenta el país- propone pruebas gratuitas y contratar a 100.000 personas para hacer un programa nacional de rastreo de contactos.
En materia de salud, el plan es ampliar el alcance de la Ley de Cuidado de Salud Accesible, que Trump ha intentado derogar. Quiere asegurar a cerca del 97% de los estadounidenses.
Aunque no llega a la propuesta de seguro médico universal, por la que abogan los más progresistas de su partido, Biden promete dar a los estadounidenses la opción de inscribirse en una opción de seguro médico público que brinda beneficios a los ancianos.
El plan económico incluye aumentar el salario mínimo a -al menos- 15 dólares la hora, una medida que goza de popularidad entre los jóvenes y que se convirtió en una especie de tótem del Partido Demócrata en 2020. También propone poner fin al pago de salarios por debajo del mínimo para los trabajadores que reciben propinas. Además, dijo que revertirá los recortes de impuestos de la era Trump.
El candidato demócrata se ha venido enfocando durante su campaña en la construcción de una economía de energía limpia.
A través del plan “Reconstruir mejor”, buscará que el gobierno federal invierta 700.000 millones de dólares en materiales, servicios, investigación y tecnología fabricados en Estados Unidos.
Un giro “hacia la izquierda” (para los límites de la política estadounidense), es el que respalda políticas educativas como la condonación de la deuda de préstamos estudiantiles, la expansión de universidades gratuitas y acceso preescolar universal.
Propone además un cambio radical de medidas para el control de armas, como prohibir la fabricación y venta de armas de asalto y cargadores de alta capacidad y exigir verificaciones de antecedentes para los compradores. También, poner fin a la venta en línea de armas de fuego y municiones, e incentivar leyes de alerta que permitan confiscar armas a personas peligrosas.
Si es elegido, Biden dice que buscará deshacer las políticas de inmigración de la era Trump. En sus primeros 100 días en el cargo, promete revertir ls separación de los padres de sus hijos en la frontera, rescindir los límites a los solicitantes de asilo y poner fin a las prohibiciones de viaje a países de mayoría musulmana.
Una reforma del sistema penal para reducir las desigualdades por raza, género e ingresos, la legalización de la marihuana y la derogación de la pena de muerte son algunas de las propuestas en materia de Justicia.
Sin embargo, ha rechazado las llamadas para retirar fondos a la policía. Ha dicho que algunos de esos fondos deberían ser redirigidos a los servicios sociales, como los de salud mental, pero hasta ahora ha eludido los planes para “desfinanciar” a la policía, en medio de polémica por casos de brutalidad como el asesinato del afroestadounidense George Floyd. (Especial)