Tal como se había previsto, el Comité Operativo de Emergencia de la Provincia se alineó ayer con las disposiciones generales del decreto presidencial que regula la nueva etapa de restricciones sanitarias por el coronavirus. Así, teatros, salas, cines y restobares con espectáculos podrán seguir funcionando, aunque con ciertos condicionantes. Al mediodía circuló la versión de que se iba a prohibir la actividad artística, lo que profundizó el estado de desconcierto e incertidumbre que vive el sector cultural, pero luego no se concretó en los hechos.
En el DNU firmado por Alberto Fernández y sus ministros, replicado por el COE, la clave para la actividad artística está en su artículo 15, por el cual se acota la presencia de público al 30% de la capacidad total instalada en cada espacio. Este tope ya venía cumpliéndose en distintas salas, al punto que en La Colorida sólo hubiese una decena de personas en las butacas como máximo; y que en Citá Abasto de Cultura o La Sodería pudiesen entrar hasta unos 25 espectadores, por citar algunos ejemplos. Dentro del espectro estatal también se lo respetaba en la sala Orestes Caviglia (se disponía de unas 80 localidades), el teatro San Martín (alrededor de 200 butacas habilitadas) y el municipal Rosita Ávila (hasta 90 entradas).
Empresarios teatrales porteños, con el argumento de la pérdida de rentabilidad, han solicitado la revisión de este porcentaje y que se lo eleve al 50% previsto en el artículo 12 de la misma resolución presidencial, que rige en forma general para “las actividades económicas, industriales, comerciales y de servicios” que no posean un protocolo especial de funcionamiento. En Tucumán no existe ese espectro del teatro comercial (sólo hay salas estatales o independientes).
En los considerandos de la disposición nacional, se remarca que las actividades más peligrosas para un potencial contagio de covid-19 “se dan en espacios cerrados, mal ventilados o que implican aglomeración de personas y no permiten respetar las medidas de distanciamiento y el uso adecuado de barbijos, (lo que) conlleva un alto riesgo de transmisión del virus”. En cambio, beneficiadas por las temperaturas nocturnas agradables que todavía se registran, muchas de las propuestas culturales independientes tucumanas se desarrollan al aire libre, lo que puede ser entendido como un punto a favor de su continuidad. Pero ni la Nación ni la Provincia han distinguido entre espectáculos bajo techo o sin él.
Una palabra recurrente es “aglomeración”, concepto que carece de una precisión unívoca ya que se vincula con la convocatoria de público según las distintas propuestas. Es muy distinto hablar de asistencia masiva a un espectáculo local que de la presencia de un músico como Abel Pintos, que llenó cinco teatros Mercedes Sosa con 750 personas por función (estaba expresamente habilitado al 50% en ese momento).
Solidaridad estatal
El titular del Ente Cultural, Martín Ruiz Torres, confirmó que la agenda continúa aunque con adelantos de horario en las funciones, que vuelven a las 20 como fue en enero. El principal escollo que enfrenta es que parte del personal del San Martín y de la Caviglia está contagiado de coronavirus; sus puestos para el control del público en la entrada y la sanitización del lugar será cubierto por otros empleados del organismo, incluso jerárquicos.
“En estos tiempos tan difíciles es fundamental profundizar en la cultura de la solidaridad, que se traduce en poner todos los recursos del Ente, tanto humanos como edilicios, a disposición de los tucumanos. Nuestro objetivo es que los grupos independientes puedan usar las salas estatales con el bordereaux (recaudación) del 95% a favor del artista, como una forma de reactivar el sector de la cultura. Respecto de los cuerpos estables, los Ballets Clásico y Contemporáneo tendrán clases virtuales; el Teatro Estable trabaja en la obra ‘Adiós Mr. Chips’ en formato radioteatro; y el Coro, la Orquesta y la Banda Sinfónica retomarán sus ensayos presenciales desde el miércoles para presentar el 24 de mayo la zarzuela ‘El dúo de la Africana’”, adelantó.
El presidente del teatro Mercedes Sosa, Raúl Armisén, confirmó también que se mantiene abierta la actividad y que las boleterías de esa sala siguen con la venta de entradas para los shows programados, incluyendo el próximo recital de Valeria Lynch y Mariano Martínez el jueves y la esperada doble función de “Espíritu indomable” del reconocido grupo Malevo de danza folclórica argentina, el próximo fin de semana.
“Nos acomodamos a esta nueva normalidad y volveremos al 30% de capacidad, porque nos habían autorizado vender hasta media sala. Lo importante es que todo sigue adelante, manteniendo todos los cuidados que venimos implementando para con nosotros, con el público y con los artistas”, afirmó.
El Rosita Ávila levantó preventivamente su grilla de este fin de semana: ayer iba a tener lugar “VacunArte”, con stand up, música y baile, y mañana el infantil “En la panza de la ballena, cuatro piratas y una princesa”, obras que se suspendieron (previamente “Alfonsina” ya había postergado su función de hoy). En un principio, la medida iba a abarcar todo el mes pero se la acotó sólo hasta el lunes en una primera etapa de evaluación de la situación sanitaria por parte de las autoridades municipales capitalinas, admitió su directora, Beatriz Morán.
Sin última función
Las salas de cine ya venían limitando su espacio al 30%, como producto de acuerdos nacionales que iban de la mano de estar autorizadas al expendio de golosinas y bebidas en los candy-bar del lobby. Por este motivo, tampoco tendrá impacto la restricción porcentual.
En cambio, los límites a la circulación posteriores a las 24 sí afectarán la actividad cinematográfica, reconoce Roberto Abdenur, dueño de los Complejos Atlas. Se pierde un turno completo de proyecciones, pero el empresario calificó la situación como “un golpecito luego de habernos bancado un año entero cerrados”. “Lo importante es poder trabajar, aunque sea con restricciones y evitar que te clausuren de nuevo; esto es un mal menor, una mancha más al tigre”, sostuvo.
“La mejor función es la última de la noche, por lo que tuvimos que adelantar horarios para poder terminar y cerrar a las 23. Venimos cumpliendo a rajatablas con todo lo que nos piden, en una industria que se va recuperando de a poquito con estrenos buenos y convocantes”, agregó.
Abdenur dijo que el sector le solicitó al Gobierno provincial una excepción en su actividad: “como tarde, el cine termina a la medianoche o apenas pasada esa hora. En la Capital Federal se va a hacer así; empieza la proyección sobre las 22, se termina de ver la película y luego se retira el público. Se podría justificar el traslado hasta las casas con la entrada para no tener ningún problema. No estamos haciendo trasnoche desde la reapertura”.
La grilla tiene ya asegurada su renovación semanal. “Las distribuidoras que habían apostado a las plataformas de streaming han decidido volcarse a las salas porque la gente quiere ver las producciones en pantalla grande. Se está todo reestructurando con muy buenas expectativas, incluso con películas argentinas que esperan su turno”, señaló.
Disfrute responsable
En igual sentido que a los cines, el tope horario a la libre circulación complica a los emprendimientos gastronómicos, que deberán cerrar las puertas de bares y restaurantes a las 23 (según la interpretación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quienes estén dentro podrán terminar su consumición, pero ese criterio no es compartido en forma general). Así, las propuestas de shows musicales estarán comenzando más temprano para respetar las disposiciones.
En ese sentido, Néstor González Cei, de La Coupole de Yerba Buena, lanzará el ciclo “Disfrutar con responsabilidad”, con una serie de espectáculos sucesivos de distintas bandas los sábados y domingos (desde mañana), entre las 12 y las 23. “Nosotos queremos trabajar y nos adecuaremos a todos los protocolos. Hay una doble necesidad que se debe atender: por un lado, la de los artistas que si no actúan no tienen recursos para poder sostenerse económicamente porque el grueso de sus ingresos pasa por sus actuaciones; y por el otro, la del público que necesita despejarse, entretenerse y divertirse un rato, en un contexto agobiante como el que estamos viviendo. También tenemos compromisos que atender con la gente que trabaja con nosotros y confía en nuestros espacios”, explicó, y aclaró que no comparte las actitudes de rebeldía.
Del mismo modo, otros restobares están adelantando los horarios previstos originalmente de espectáculos para adecuarse a la nueva realidad, como ser las peñas folclóricas.
Bar Atahualpa
Postergaciones y cancelaciones
En el club Central Córdoba comenzó a funcionar hace un mes el Bar Atahualpa, con capacidad para 1.200 personas sentadas en sus mesas. Para hoy estaba programado el show del Chaqueño Palavecino, pero fue reprogramado (aún sin fecha), al igual que la presentación de Luciano Pereyra prevista para el sábado. En cambio, la actuación del domingo 18 de Don Osvaldo, la banda de rock que lidera Patricio Santos Fontanet (exCallejeros), directamente fue cancelada por el mismo grupo, que alegó “disposiciones de la Gobernación de Tucumán a raíz de la situación epidemiológica”. Se anunció que la devolución de entradas compradas por tarjetas de crédito o débito será automática en sus resúmenes bancarios; y que quienes hayan adquirido presencialmente los tickets podrán solicitar el reembolso en los puntos de venta hasta el miércoles 21 de este mes. Esta decisión habría sido tomada a partir de problemas para realizar la gira NOA en otras provincias que tenían previsto presentarse.