Los restos de Miguel Lifschitz, ex intendente de Rosario, ex gobernador de Santa Fe, que presidía la Cámara de Diputados de la provincia, fueron despedidos por diversas personalidades del ámbito político y ciudadanos en general, sin respetar el distanciamiento social. Como es de público conocimiento, el funcionario socialista falleció por Covid, luego de varios días con asistencia respiratoria en un sanatorio de Rosario. Es evidente que las medidas restrictivas para empezar a disminuir los casos de coronavirus no son cumplidas unánimemente. Si hace falta un ejemplo, no olvidemos que no está permitido asistir a una sala mortuoria en forma masiva, para despedir a un ser querido. Estamos afrontando la segunda cepa y sin embargo mucha gente parece no haberse enterado. Mientras existen límites para circular, está vigente el distanciamiento social, hay restricciones horarias en los comercios y niñas y niños no pueden ir a la escuela, un número considerable de personas se junta lo mismo, en cualquier circunstancia. Las normas deberían ser acatadas por todos; pero lamentablemente la realidad indica que no. Este virus avanza porque la desobediencia social es recurrente, qué duda cabe.
Marcelo Malvestitti
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