Cástulo Guerra fue el invitado de honor para el cierre de las jornadas virtuales internacionales “El teatro y la salud”, que organizó Teresita Terraf desde su cátedra de la Licenciatura en Teatro de la Facultad de Artes de la UNT.
El actor salteño, de recordado paso por la provincia, está radicado en Los Ángeles, Estados Unidos, y es presencia frecuente en películas y series de televisión. Su trayectoria fue reconocida con un premio especial en el encuentro, durante la charla “De los escenarios tucumanos a las superproducciones de Hollywood. Implicancias del desarraigo y la emigración”.
Mientras que el coronavirus forzó el parate de muchos colegas, él se mantuvo activo, le reconoce a LA GACETA en una entrevista especial, y ahora está retomando su presencia en los sets de filmación. “La pandemia nos forzó a resguardarnos y a buscar el modo de seguir creando. El ‘refugio’ forzó a explorar adentro y ver qué hay, adónde ir. Las respuestas no se ven claras todavía. Pero una vez más, la ficción del teatro, de la literatura, de las artes en general, vinieron a salvarnos como raza humana. La esencia de la creación se hicieron presente como aliciente para los humanos”, reconoce.
- ¿De qué manera concretó ese cambio?
- Una de las cosas que concreté fue grabar el audiolibro en castellano para el nuevo libro del papa Francisco, “Soñemos juntos” desde mi estudio en casa. La directora del proyecto para Simon & Schuster estaba por Zoom en Nueva York, y el ingeniero, también por Zoom, en las montañas de California. Fue extraño, pero se hizo. Además edité un libro de cuentos inconclusos de mi padre (también se llamaba Cástulo Guerra) titulado “Tajadas de naranja”; también lo hice por internet y en colaboración con mis hermanas en Salta. Al cabo, lo imprimió Crivelli en mi provincia y se enviaron copias a amigos y conocidos, pero no se lo presentó hasta la fecha. Todo este proceso fue a distancia. Desde hace buen tiempo sigo involucrado en trabajos de audiovisuales de Salta: filmé “Badur Hogar”, “Hay coca” y “El aparecido” y narré textos para cortos y demás proyectos.
- ¿Se dio algo relacionado con el teatro o el cine?
- Realicé lecturas de obras también por Zoom, y se sumaron paneles, entrevistas y conversaciones, generalmente en torno al teatro, o para festejar la celebración de las series “Star Trek” o “Brigada A”. Y desde el momento en que el protocolo sanitario lo permitió, hice episodios en dos series: “All rise” y “Station 19”. Me realizaron tests antes, durante y después de mi trabajo. Hay una app que te registra los resultados del test y va directamente a un banco adonde las compañías productores se refieren. El set se parecía a una película de ciencia ficción: máscaras, antifaces de plástico, guantes, etcétera. Los estudios se cuidaron sobremanera de contagios. Pero aún así, cerraron producción en dos ocasiones por contagio.
- Los avances tecnológicos hacen posible lo que antes era sólo una idea...
- Se está usando, por ejemplo, SourceConnect y Connection Open, que son dos programas para computadora que te hacen presente en otro estudio distante. Hasta permiten hacer doblaje para animación. Aunque hay fallas de vez en cuando, son eficientes. La calidad es superlativa. El tráfico por internet es pesado y hemos debido aprender mucho en poco tiempo.
- ¿Qué rescata de la virtualidad, tiene algún costado positivo?
- No queda otra. A los dinosaurios como yo, no nos queda otra. Es incómodo, hay que invertir en equipo, pero no todo volverá a la llamada normalidad. Hay menos papel, supongo que para alegría de los árboles. Todo son carpetas digitales. Para envíos pesados se usa WeTransfer; para firmar contratos se usa Digisign...
- ¿Cuáles son los proyectos pendientes y cómo los va a desarrollar?
- Hay varias cosas para el futuro, con lecturas y ensayos por Zoom porque los elencos se componen con gente que está en Turquía, Colombia, Nueva York, California... Esto no va a cambiar. Si bien se habla de “abrir” el país, seguirá la cautela durante algún tiempo. Las técnicas de cómo seguir haciendo teatro a distancia están a prueba. Los humanos somos sobrevivientes y le buscamos la vueltapara seguir de la mejor manera posible. Hay gente que ya ha diseñado formas de grabar o filmar obras para pasar on line.
- ¿Se puede hablar de teatro cuando su formato es on line o hay que crear otro género?
- Todo está por verse. Estamos a nivel prueba. Hacia fin de año sabremos mejor. Desde luego se sufre espantosamente la necesidad de contacto humano, la relación cara a cara. Veremos qué sale de esta transición. Los teatros han sufrido bajas lamentables. Los escenógrafos, los electricistas, no trabajan on line.
- ¿El teatro es salud?
- El arte siempre sana, siempre lo hizo. En los años de Ronald Reagan, se cancelaron los fondos para las artes para favorecer al armamentismo y a la industria pesada. Y resulta que al cabo, Broadway tuvo la temporada más baja de la historia. Eso de “el fuego pa’ calentar debe ir siempre por abajo” es cierto y vital. La idea de crear cosas espontáneas sin proceso es una falacia. Los creadores saben esto.