Luis Medina Ruiz, secretario Ejecutivo del Siprosa
En agosto el país, por iniciativa del Ministerio de Salud, tiene el objetivo de avanzar con las segundas dosis. Pretendemos también iniciar con las primeras dosis en aquellas personas que todavía, por distintos motivos, aún no tienen su esquema de vacunación. En el mundo, incluso en algunos países limítrofes como Chile y Uruguay iniciaron con terceras dosis (ya lo aprobaron Israel, Reino Unido Emiratos Árabes, entre otros). La tercera dosis estaría destinada a personas que por su exposición, como por ejemplo el personal de salud, o por presentar antecedentes de enfermedades que generan menor respuesta inmunitaria, como las enfermedades oncológicas, insuficiencia renal crónica, entre otras, las vacunas que tienen menor efectividad. Todo esto está condicionado a la autorización de las autoridades sanitarias nacionales, basadas en recomendaciones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y a la disponibilidad de vacunas . La vacunación es la mejor herramienta para controlar las enfermedades epidémicas. Solicitamos a las personas que todavía no se vacunaron que decidan hacerlo. Evitan de este modo, en un alto porcentaje de los casos, padecer enfermedad grave o mortal y además por la amenaza de la llegada de la variante Delta que compromete con terceras y cuartas olas en otros países sobre todo a expensas de personas no vacunadas. También recomendamos que habiendo pasado 14 días de la última vacuna asistan a recibir las vacunas del calendario obligatorio, entre ellas la antigripal.
Aída Torres, infectóloga
La tercera dosis habría que aclarar si es parte del esquema primario o si es refuerzo y luego quedar permanente para esta enfermedad que nos va a quedar por siempre. Si es parte del esquema primario hay una gran controversia en el mundo entero. Con los trabajos que hay hasta el momento, en los países que tienen buena inmunización aparentemente dos dosis es suficiente para todas las variantes que hasta el momento se presentaron. Es decir que sería un gasto que no estaría justificado ya que hay países a los que les falta la primera dosis. En cuanto al primer esquema, en países que usaron vacunas con menos efectividad, creo que sí sería necesario como por ejemplo la Sinopharm. Esas sí necesitarían un refuerzo del esquema primario. Respecto a la tercera dosis como refuerzo no es posible saberlo ya que se desconoce cuánto durará la inmunidad con las dos dosis con vacunas de alta calidad como Pfizer, Moderna o Sputnik. Hay que esperar los trabajos científicos para saber cuál sería realmente el tiempo en que se necesitaría la primera dosis. Aparentemente la inmunidad sería de entre nueve meses y un año pero todavía hay que esperar los resultados de los estudios. En conclusión yo creo que es necesario en los países como los nuestros aumentar la cobertura de mayor cantidad de segundas dosis en personas y seguir con los cuidados extremos con todos. Sería ideal hacer lo que hace Estados Unidos, Israel o Reino Unido de completar con una tercera dosis en las personas que tienen baja inmunidad, con enfermedad de base o de personas de más de 70 años. En países como el nuestro, con dos dosis estamos bien contra la variante Delta con coberturas de arriba del 80% de efectividad, y por ahora no es necesario una tercera dosis excepto con Sinopharm.
Gustavo Costilla Campero, infectólogo
Desde el punto de vista sanitario, en este momento todas las personas que están completamente vacunadas no necesitan una tercera dosis de la vacuna. Para eso tenemos que tener a todas las personas vacunadas, por lo tanto es un tema ético decidir si vamos a dar una tercera dosis cuando aún hay muchas personas que todavía no tienen la segunda y que es muy importante que la tengan. Desde el punto de vista individual, sí se puede considerar que se puede permitir el uso de una dosis adicional en ciertos individuos inmunodeprimidos, es decir con un sistema inmunitario debilitado. También podríamos considerarlo para personas mayores de 70 años. ¿En qué se basa este concepto individual? Con las vacunas hemos alcanzado a nivel poblacional un buen nivel de anticuerpos con el esquema completo, pero hay personas inmunodeprimidas o mayores de edad que no alcanzaron un nivel suficiente, por lo tanto es lógico pensar que una dosis adicional en este grupo de personas pueda mantener o estimular al sistema inmune para que tenga suficientes anticuerpos, y por otro lado lo que es la duración de los anticuerpos se está observando en algunos estudios que este nivel de adecuando de nivel de anticuerpos fue disminuyendo con el tiempo. Todavía no podemos decir cuando es el punto de corte en que este nivel baja por el nivel protector. Se habla de seis, ocho meses o hasta un año donde estos anticuerpos van a descender. Se puede hablar entonces de una tercera dosis cuando ya toda la población tenga dos si protege y disminuye la mortalidad. No antes.
Adriana Bueno, infectóloga
En el mundo se discute una cosa y en nuestro país otra. No estamos en el debate de lo que se debe hacer acorde a los acontecimientos, y peor aún, teniendo la maravillosa oportunidad de mirar al futuro, que es lo que pasa en el Hemisferio Norte, no fuimos capaces de aprender y de poder morigerar los efectos, sobre todo en el campo de las vacunas. Son muy efectivas, nos están protegiendo contra las enfermedades graves, especialmente los que tenemos dos dosis, pero la contraparte es que no tenemos la cantidad de suficiente de la población vacunada con las dos dosis para evitar que el virus circule y en la medida que circule, ese virus es capaz de generar estas variantes. Todavía estamos bastante desnudos de segundas dosis. Mientras, el mundo ya está evaluando que después de seis meses dar una tercera dosis eleva en forma muy importante los anticuerpos. Entonces nos preguntamos si esa tercera dosis es necesaria para toda la población, para una parte de la población, para los más expuestos, para los inmuno comprometidos, para los mayores de 65 años. Nosotros aún no podemos pensar en eso ya que nuestra prioridad son las segundas dosis. Para los mayores y los trabajadores más expuestos se podría pensar en una tercera dosis. Es un virus que podemos controlar, pero no lo podemos erradicar, como a la gripe. Quiere decir que el esfuerzo en la lucha contra determinados virus tiene que ser permanente, una política de Estado con una gran concientización de parte de la población. Hay vacunas que con una tercera dosis que ven que tienen una respuesta rápida de anticuerpos porque valieron la pena la primera y la segunda dosis porque generaron la memoria inmunológica. Conocer el futuro no nos sirvió para torcer el rumbo de la enfermedad. Hemos estado muy desarmados con la primera ola, a la segunda no la pudimos morigerar, no pudimos evitar las muertes que podríamos haber evitado y acá estamos con que nos acecha una tercera ola y la variante Delta cuando aún no podemos garantizar las segundas dosis, y luchando contra las desviaciones del uso de la vacuna, que deja de ser una herramienta sanitaria para convertirse en una herramienta político partidaria, cosa que no debe ser. Parecería que tres van a ser mejor que dos, con un virus que no lo podemos erradicar, pero debemos vacunar, vacunar y volver a vacunar al mundo entero.