El “huracán Fabiola” se ha desatado en el oficialismo y el alerta se mantiene. Las secuelas de las fiestas en Olivos se manifiestan día tras día en la opinión pública que, durante casi todo el año pasado, debió permanecer en cuarentena obligatoria por la pandemia de la Covid-19. El presidente Alberto Fernández ha quedado debilitado tras la difusión de las imágenes del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, del 14 de julio del año pasado. La ráfaga, en cierta medida, también afectó al oficialismo tucumano y, en particular, al gobernador Juan Manzur, hombre de consulta del Presidente. El mandatario provincial está jugando a pleno en la interna que se ha profundizado con el vicegobernador Osvaldo Jaldo. En las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre, se definirá gran parte del pasaje a 2023. El presidente de la Legislatura lo ha dicho varias veces porque su intención para suceder a Manzur en la gobernación no ha quedado atrás.
La lucha interna en el Partido Justicialista es voto a voto, dirigente a dirigente, territorio por territorio. Convertido en jefe de campaña de Lealtad Peronista, Manzur se monta en el aparato partidario para hacer valer su condición de conductor partidario. Despliega a sus candidatos por distintos puntos cardinales de la Provincia. El gobernador, por caso, se instaló ayer en Concepción, mientras que en Bella Vista estuvieron sus precandidatos a diputados, la ministra Rossana Chahla y el secretario de Relaciones Institucionales, el camporista Alejandro Melo, oriundo de ese municipio, En capital, en tanto, la dirigencia afín a la Casa de Gobierno continuó con la ronda de conversaciones junto con los dirigentes barriales.
A tres semana de las PASO, el titular del Poder Ejecutivo está analizando el desembarco en Tucumán de figuras nacionales para apoyar a su lista. Una voz en el teléfono sigue la interna peronista tucumana: el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que puede ser uno de los próximos visitantes. Manzur también planea convocar al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y hasta al presidente del bloque oficialista en la Cámara Baja, Máximo Kirchner. Si llegan esos referentes, será un mensaje directo al núcleo duro del peronismo provincial.
Manzur arrastra el peso de no estar dentro del grupo de gobernadores con buena imagen en la consideración pública. Está más cerca del santafesino, Omar Perotti, que también se presentó como precandidato a senador y que mantiene una dura puja con el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, que le reprochó la falta de un liderazgo plural y participativo en aquella provincia, como lo viene haciendo Jaldo con Manzur en Tucumán. Tanto Perotti como Manzur están entre los mandatarios con imagen media, con 28% de imagen muy buena y buena, según el sondeo mensual que realiza CB Consultora de Opinión Pública. Ambos están muy lejos de otros peronistas que tienen una mayor autonomía política y electoral, como el sanjuanino Sergio Uñac y el cordobés Juan Schiaretti (más del 50% de imagen buena y muy buena). “No tienen el nivel de presión política (frente a la Casa Rosada) y de nerviosismo en sus distritos como sí lo demuestran, por ejemplo, Manzur y Perotti”, describe el director de la consultora Cristian Buttié. De allí de que parte de la dirigencia le tome el pulso y se anime a disputarle el poder en internas, como es el caso de Jaldo en Tucumán. Así, el vicegobernador disputa el centro del ring partidario con “Todos por Tucumán”, en la que encabeza la lista de precandidatos a diputados.
El presidente de la Cámara puso en jaque el verticalismo natural de un partido que, además de sus pujas internas, tiene que pensar en la salida de la pandemia y en cómo corregir los efectos de los desfases de la economía, traducidos en indicadores socioeconómicos preocupantes. Nadie sabe qué sucederá hasta el 12 de septiembre y, mucho más, cómo quedará el oficialismo el día después de las PASO.
Manzur ha dicho que se reserva el derecho de admisión partidaria hasta el día mismo de las internas. La procesión de dirigentes por la Casa de Gobierno y por la residencia del gobernador no cesará. Lo mismo sucederá en la Legislatura y en la sección Este, donde el jaldismo ha establecido su zona de confort. Sin embargo, sus dirigentes salen a la caza de más votos por el interior. Ayer, el jaldismo realizó un acto en Graneros, donde el propio vicegobernador volvió a reforzar sus diferencias con su compañero de fórmula. “Se siente el triunfo en cada paso que damos, en cada dirigente que se suma, en cada abrazo que damos. Es así compañeros, estamos ganando y se siente. Es a partir de ahí que vamos a poder hacer los cambios que esta provincia necesita, va a ser tan contundente el veredicto de los tucumanos que el gobernador Manzur va a entender definitivamente que su gestión es muy mala y muy dañina para los tucumanos”, arengó Jaldo, que también estuvo en La Madrid.
Manzur, en tanto, también marcó la importancia del resultado de las PASO para su gestión. “Tuvimos un emocionante encuentro con la dirigencia y la militancia del sur provincial, que nos motiva aún más de cara a las PASO del próximo 12 de septiembre. Es una elección que marcará un antes y un después en el peronismo tucumano”, indicó.
Pero la de Tucumán no es la única interna en la que está participando Manzur. Por un lado, tiene el teléfono abierto con la Casa Rosada por las derivaciones del “Olivos Vip” en la gestión de Alberto. El tucumano forma parte del círculo áulico del Presidente y está al tanto de lo que pasa con el relanzamiento de la gestión, del que puede llegar a participar. Públicamente, no habla del escándalo. Aguarda que la tormenta se diluya, mientras capta más votos para la causa del Frente de Todos. Por otro lado, Manzur escucha a los dirigentes sindicales que el 11 de noviembre irán por la renovación de la cúpula de la CGT. Durante la semana que pasó, el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, compartió con el gobernador un encuentro en El Cadillal, donde despuntaron algunas cuestiones internas de la central sindical. Manzur es muy cercano a los máximos referentes cegetistas y es el contacto entre el sindicalismo argentino con la Rosada y con parte del establishment nacional. Para esta semana se espera el desembarco de otro dirigente histórico: el titular de la Uocra, Gerardo Martínez. El gobernador sigue buscando respaldos gremiales para Lealtad Peronista.