Inflación, deuda y dólar, son tres de las cuestiones que el Gobierno nacional intentará controlar para evitar sofocones electorales y también para prever lo que puede llegar a ser el rumbo económico argentino tras los comicios del 14 de noviembre. En el medio de todo este cóctel, hay otro factor que también inquieta a la Casa Rosada: el humor social ante la pérdida de poder adquisitivo del salario y del empleo.
"Mejorar el poder adquisitivo de las trabajadoras y los trabajadores es una prioridad para nuestro Gobierno. El tipo de cambio oficial a fin de año será de $102,40, tal como establece el presupuesto. Hoy en la Argentina las fábricas producen más y se empieza a generar empleo. Bajo ningún punto de vista se contempla un ajuste del gasto público. Lo que sí estamos haciendo es reducir el déficit fiscal", definió anoche el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, en declaraciones al programa "Dicho esto" de A24.
Luego de que la Argentina recibiera cerca de U$S 4.340 millones de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, el titular del Palacio de Hacienda -que se encuentra de visita en la provincia- marcó la diferencia respecto de la gestión económica de la gestión del ex presidente Mauricio Macri. "Están planteando que el Gobierno nuestro endeuda más a la Argentina en dólares: Juntos por el Cambio endeudó por U$S 100.000 millones a la Argentina. ¿Cuánta deuda en dólares tomamos nosotros? Cero. Nosotros elegimos no endeudarnos en dólares y reconstruimos el mercado de deuda pública en pesos", expresó Guzmán.
Independientemente del impacto electoral del escándalo de las polémicas visitas a la Quinta de Olivos, en plena cuarentena obligatoria por la pandemia de la Covid-19 en julio de 2020, el gabinete económico intenta focalizar la atención del electorado con algunas ‘buenas noticias’ que Martín Guzmán podrá dar en este último tramo del año, según el economista Guido Lorenzo. Según el director ejecutivo de la consultora Labour, Capital & Growth (LCG), estos son los tres escenarios económicos que plantea el oficialismo de cara a las elecciones.
-En primer lugar, la reapertura de paritarias junto con planes de venta en cuotas apuntan a una mini reactivación en el período septiembre-noviembre. Es allí donde se sentirá cierta actualización y si se logra mantener a los precios al ritmo del 3% mensual se podría llegar a mostrar al menos en los números una recuperación del salario real. Sucede que se parte de un nivel tan bajo que quizás no se sienta tanto en la calle, pero al menos estarán los datos para mostrar en la narrativa oficialista.
-En segundo lugar, hay sectores donde hubo creación neta de empleo y están sintiendo una especie de boom post 2020 que parece sostenerse en niveles altos a pesar de las restricciones por la segunda ola. La construcción alimentada por un ahorro que no encuentra refugio en la economía más que en ladrillos es un caso testigo.
-En tercer lugar está lo que pueda inyectar el gobierno como gasto. Aquí sí hay una complicación y es que el déficit que se podrá alcanzar es limitado por la disponibilidad de recursos. Asumiendo que se emite todo el remanente de adelantos transitorios y se traspasa todo el resultado cuasifiscal al Tesoro, para alcanzar un déficit primario de 3,9% del PBI el Tesoro deberá en cada licitación obtener $ 1,10 por cada peso vencido de capital y pago de interés. Es un desafío porque más se acerca el período electoral, menos disposición hay para prestarle al sector público. Principalmente debido a que 2022 es sabido que se deberá transitar con un programa con el FMI y no queda claro el rumbo económico que pueda salir de esa negociación.
Así, los meses pre electorales parecen encaminarse dentro de lo que esperaba el gobierno, sostiene el especialista. "La amenaza sobre el dólar libre siempre está y la brecha con el Blue incomoda, no hay que desestimar algún tipo de incertidumbre que se vea reflejada en un valor más alto del mismo que podría complicar los planes", considera. Mientras tanto, aunque sea una situación anémica en materia de recuperación, el gabinete económico se sentirá satisfecho. "El problema radica quizás en la vara cada vez más baja que tiene la sociedad, contentarse con la pobreza en niveles superiores al 40%, inflación al 50%, brecha al 90% y desempleo en dos dígitos es una muestra de lo poco que se esperaba para este año", finaliza el economista.