El jueves 9 de febrero del año 1995, los Rolling Stones brindaron su primer show en la Argentina. Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charly Watts visitaron Olivos al día siguiente y se fotografiaron con Menem, quien por aquellos días buscaba su reelección y no dudó llegar a los más jóvenes gracias al rock.
Según señala una crónica de TN.com, comieron pizza y brindaron con champagne. El salón de la Quinta presidencial se llenó de funcionarios y sus familiares que querían cumplir el sueño de conocer a los rockeros que no se fueron con las manos vacías. Disfrutaron de habanos cubanos que le había enviado Fidel Castro.
Juan Bautista Tata Yofre, funcionario menemista, contó en un artículo los entretelones de esa visita.
En enero de 1995, Yofre integraba el equipo de campaña de Carlos Saúl Menem, que aspiraba a un nuevo mandato presidencial. En esos días iniciales del mes recibió un llamado del embajador británico Peter Hall, a quien no conocía.Cuando le respondió el llamado, Hall le dijo: “Secretario, yo sé que a usted le gustan los Rolling Stones. ¿Le gustaría comer con ellos?”. Sin perder la compostura le respondió que si y a qué hora del martes 7 de febrero debía presentarse en la residencia.
Primero saludó a Keith Richards. Luego al guitarrista Ron Wood. Esto escribió: "Después de saludarlo Ron me presento a su mujer. En señal de que sabía quién era le entoné “hello Josephine, how do you do” al tiempo que le decía: “¿No fue eso lo que te cantó Fats Domino una noche en Nueva Orleans?”. “Acertaste” exclamo y nos pusimos a hablar de música, mientras escuchaban, entre otros, Guillermo Vilas, Angie Anchorena y el diplomático –y amigo- Juan Antonio Ibáñez. Luego de pasear un buen rato por el jardín conversando con los invitados, observando que no había funcionarios del gobierno, me fui a despedir del dueño de casa y Hall me acompañó hasta la puerta. Mientras caminábamos nos cruzamos con el poco locuaz baterista Charlie Watts que lucía un espectacular traje blanco. No quise contarle la cantidad de horas que había pasado escuchándolo. Más horas que a Ringo Starr, porque desde los años 60 yo era un “rolinga” como el embajador Sir Peter Hall.
Y acotó: "Durante el corto trayecto le pregunte al embajador británico: “¿Alguien del gobierno te llamó, van a ver al Presidente?” y me respondió que no. Solo le dije que me iba a “ocupar”. Así fue, al día siguiente entre en el despacho presidencial y le dije a Menem: “Carlos, están los Rolling Stones en Buenos Aires y van a dar cinco conciertos. Cinco conciertos con 60 mil chicos son 300 mil chicos, necesito que los recibas.” La respuesta inmediata fue: “Si ¡Que bárbaro!”. Y en pocos minutos le conté lo que representaban los “yoling”.
La historia no termina ahí, pero es para otro capítulo.